Eso de
que el 80 por ciento de los españoles quieren que se establezca en el Código
Penal la cadena perpetua (o como se le quiera llamar) no tiene importancia
alguna (o tiene la importancia de ser hechas las encuestas cuando ha habido
crímenes execrables). Más del 80% de los pensionistas españoles quieren que sus
pensiones suban de acuerdo con el IPC y el Gobierno no les hace caso,
sencillamente porque no quiere detraer los recursos de donde están (en malas
manos) para ponerlos a favor de los pensionistas.
El señor
Putin ha ganado las elecciones en Rusia con más del 76% de los votos emitidos
(trampas posibles aparte) y sin embargo ello no contribuye a la paz mundial.
Por lo tanto ya vemos que eso de los porcentajes no debe de servir para
legislar, sino las ideas y los principios. Otra cosa es no tener ideas (o
tenerlas retrógradas) y no tener principios.
Adolf
Hitler contó con manifestaciones plebiscitarias después de ocupar Austria, los
Sudetes y Francia y ello no fue sino algo muy negativo, terrible, la gran
tragedia de Europa en el siglo XX. Lo de las encuestas está bien para conocer
estados de opinión, pero no para seguirlos a pies juntillas, porque si así
fuese no podría gobernar nadie, pues nadie suele concitar más del 50% de los
votos emitidos… salvo el señor Putin. El mismo Trump es Presidente de Estados
Unidos habiendo tenido menos votos populares que la señora Clinton… Cousas
veredes.
Si a
cualquiera de los que consideran que el Código Penal español debiera establecer
la cadena perpetua (revisable) para determinados delitos, se le preguntase si
muestra ese mismo acuerdo en el caso de que fuese él el encausado o un familiar
próximo, ya veríamos que la opinión se tuerce. Esto de los pareceres humanos es
muy mudable, poco fiable y, por lo tanto, muy poco aceptable para legislar.
En el
siglo XVIII un jurista llamado Cesare Bonesana, más conocido por el título
nobiliario que ostentaba (Beccaria) publicó una obra titulada “De los delitos y
las penas”, pretendiendo acabar con la desproporción entre unos y otras. Hemos
vuelto, con los trogloditas del PP, a épocas anteriores a Beccaria. Sí se puede
modificar el Código Penal en materia de redención de penas (según el delito)
endureciendo la ley, pero calentar los bajos instintos del ser humano para
quedar bien no solo es mezquino, es suicida. Otra cosa es que al PP y al
Gobierno de España esto no le importa, porque enfangados como están en el
delito, seguir por la misma vía es lo de menos.
L. de
Guereñu Polán.
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