domingo, 5 de noviembre de 2023

EL DESAMOR EN TIEMPOS DE CÓLERA . Antonio Campos Romay*


Un mundo hostil, colérico, en proceso acelerado de un cambio donde lo que se avizora es un progresivo menoscabo de derechos acompañado de una brecha insalvable que separa económica, intelectual y socialmente a los seres que lo habitan. De forma dramática se ahonda creando espacios divergentes. En uno crece la desesperanza y la baja estima, (una gran mayoría). En el otro, prosperan elites endogamicas, con puestos estratégicos en la sociedad, la economía, la justicia, la comunicación o la política convertida en ariete de sus intereses. Encastillados en su soberbia, su peculio y capitalismo montaraz, se divorcian de cualquier conciencia social.

Tomás Moro a mediados del siglo XVI acuño la utopía, como convicción moral de la posibilidad de crear una sociedad mas justa capaz de erradicar sus peores lacras. Seis siglos más tarde el riesgo es deslizarse por su antonimia, la distopía, alejando la posibilidad de una sociedad ideal. La distopía es la dehumanizaciónn, el autoritarismo, el declive de la sociedad con la inestimable ayuda de guerras, crisis ecológicas o reiteración de desastres humanos. Algo que es posible escutar en muchas de las paginas del primer tercio del siglo XXI.


El acento literario con inquietante augurio lo pusieron en sus novelas , Orwel (1984) , Huxley (Un mundo feliz) o Bradbur (Farenhait 451). Naciendo como ficción, semejan profecía sorprendente.


Nos dice Albert Camus en su novela “La peste”, “Pensaba que un mundo sin amor es un mundo muerto, y que llega un momento en que se cansa uno de la prisión, del trabajo y del valor, y no exige más que el rostro de un ser y el hechizo de la ternura en el corazón”. Invoca Camus “el hechizo de la ternura” como asidero desesperado de los seres que pululan una sociedad victima del desamor. Donde frente al amor se instala el odio de la mano del egoísmo, los fundamentalismos, la mezquindad, y los suprarrealismos.


La sociedad amenaza convertirse en un páramo, agostadas las flores que la ornan. Amor, bondad, compasión, solidaridad, justicia social... Se propicia la indiferencia o el odio mas cruel hacia vecinos que dejan de serlos por rayas trazadas con sangre que llaman fronteras, el producto mas elaborado del nacionalismo. El expolio, el atropello salvaje de los seres humanos, el genocidio, la corrupción endémica, el cortejo siniestro de hambre, miseria y muerte, resbalan sobre corazones acorchados, como gotas de agua sobre el vidrio.


Una sociedad que construye su nueva secuencia alojada en la espiral del individualismo mas feroz, en la que vencedor es termino de distinción aunque en ello no acumule siempre la mayor calidad o conocimiento. Que auspicia un individualismo selectivo, insolidario, egocéntrico, opacando el humanismo y el valor de lo colectivo. Se desmonta una pieza clave de la convivencia, la solidaridad. Se trastoca la concepción basada en seres humanos iguales y libres que tienen como eje al hombre y la mujer en un proyecto transversal, por un ordenamiento vertical de cúpulas poderosas sobre tristes figurantes esclavizados al servicio de sus utilidades.


El desamor de los seres humanos brilla cruel cuando titubea en llamar genocidio y crímenes de guerra a lo que sucede en Ucrania. A la matanza indiscriminada en Gazza, donde se cumplen las más salvajes fantasías criminales de los nazis. En toda África, que se desangra debidamente surtida de armas por las “potencias democráticas y civilizadas”. Guerras olvidadas, donde la codicia foránea de sus recursos naturales justifica el holocausto de un continente. En cualquier lugar.


El desamor de los humanos afecta las voluntades individuales y la rectitud de su sentido. Es desolador percibir el abotargamiento y el frágil dolor emocional ante tanta infamia diluida por la sensación de ajena y lejana. Aferrados a ello pareciera hacernos fuertes, cuando realmente, no es sino el éxito de quienes manipulan las concienciasm creando seres despreciables.

Lleva mucho tiempo comprender que solo la solidaridad, la generosidad social y los valores cívicos enfrentados a los seres logreros, la practica del amor entre seres humanos mas allá de razas, áreas geográficas, religiones o ideologías, merecen dedicación pedagógica. esfuerzo y tiempo. Que es el gran reto de la Humanidad. Especialmente cuando la contrapartida es un mundo distopico, inhóspito y cruel. Carente de componentes relacionados con el amor y el humanismo. Que relega al ser humano a autómatas que vagan vacios por el Callejón de las Almas Perdidas.



*Antonio Campos Romay ha sido diputado en el Parlamento de Galicia.

sábado, 21 de octubre de 2023

LA AMNISTÍA Y EL ODIO


Este mes, cuando paraba a tomar una dosis de café que me sacara de mi ensueño, en ese microcosmos sociológico que son los bares, me encontré con la realidad de que habíamos cambiado nuestro carnet de entrenador por el de colegiado de la abogacía. Hasta Jorge Vilda ha cambiado de aires, pasando de entrenar a la selección femenina de fútbol española a entrenar a la marroquí, donde supondrá que se entenderá mejor su estilo de trabajo. Por eso, ahora que somos todos expertos en amnistías, aunque hasta hace unos días la única que nos sonara fuera Amnistía Internacional (por cierto, denominación de una ONG que trabaja por la promoción y defensa de los derechos humanos), yo no iba a ser menos. Pero más que como leguleyo, lo haré desde mi perspectiva de historiador.

A lo largo de la historia las amnistías han sido una herramienta útil para solucionar conflictos y restablecer la paz entre distintos grupos enfrentados. Contrariamente a lo que se está falseando por ahí, no es nada excepcional. Tenemos las mexicanas de 1937, 1940, 1978 y 1994 (por los sucesos de Chiapas), todas ellas por motivos sociopolíticos y delitos entre los que estaba la sedición, y todas contribuyeron a recuperar la estabilidad política. Merece destacarse la de 1978, donde se ampara el derecho de los amnistiados a defender sus ideales, pero el deber de hacerlo desde la legalidad jurídica, y que nos dejó la acertada exposición del senador Jorge Cruickshank: “Un gobierno que carece del vigor suficiente para permitir el libre cuestionamiento de las ideas políticas irremisiblemente caerá en el terreno de la represión, demostración incuestionable de su debilidad. Por el contrario, es democráticamente fuerte, cuando puede olvidar los agravios cometidos a sus instituciones por los gobernados, máxime cuando provienen de quienes por razones de sangre, de suelo, de tradición, y de historia, son miembros de la misma Nación”.

Pero también están las amnistías de Indonesia en el 2005 (que evitó el conflicto independentista a cambio de una autonomía para Aceh), la de Colombia del 2016 (para alcanzar un proceso de paz con la FARC), las francesas de los años 60 (por el tema argelino) y de 1988 (por el conflicto en Nueva Caledonia), la sudafricana (a través de la Comisión para la verdad y la reconciliación), las portuguesas de 1996 o 2023, entre otras, como la que actualmente se ha aprobado en Gran Bretaña por los sucesos de Irlanda y que ha traído bastante polémica por perdonarse delitos de sangre, algo poco habitual en estos procesos, que suelen dejar fuera los crímenes contra la vida, como estipulan los tratados internacionales.  

En el caso español incluso se puede considerar un derecho de gracia inherente a nuestra historia, dada la cantidad de amnistías aprobadas: 1832, 1837 (conflicto carlista), 1846, 1854 (rebelión liberal), 1856, 1860, 1869, 1870 (rebelión contra Isabel II), 1871, 1873, 1875 (rebelión militar), 1890 (delitos electorales), 1906, 1909, 1914 (huelgas obreras), 1916, 1918 (huelga revolucionaria), 1930 (tras la Dictadura de Primo de Rivera), 1931 (establecida por la II República a delitos político-sociales. Curiosamente la Constitución republicana prohibía los indultos generales, pero admitía la potestad de aprobar amnistías, diferenciando claramente ambas), 1934 (golpe militar), 1936 (revolución de octubre), 1976, y, por supuesto, la de 1977, sobre la que Felipe González y Alfonso Guerra habían comentado, en un documento conjunto publicado por la editorial Albia, que: “La amnistía total es una necesidad imperiosa de la que se deduciría un restablecimiento pleno de la convivencia ciudadana. Olvidando cualquier connotación de perdón en el concepto de dicha amnistía, ésta debería ser considerada como la voluntad superadora del pasado histórico o, en otros términos, como el deseo de superar la confrontación ciudadana. No quiere decir ello que los conflictos de intereses entre los diferentes sectores de la sociedad vayan a quedar resueltos, sino que el marco de solución de dichos conflictos va a ser un marco civilizado y no un marco violento. [...] La estimamos requisito de convivencia, que a nuestro juicio es algo previo y necesario para que se estabilice un sistema democrático [...] en peligro de tensiones violentas”. Está claro que la perspectiva le varía a uno según la tenga desde detrás de una pancarta o desde la popa de un yate. También ha habido diversas amnistías fiscales desde 1977, pero esas, por alguna misteriosa razón, no parecen molestarle a la derecha.

Como vemos, las amnistías han sido un estupendo medio para recuperar la normalidad y la concordia en situaciones sociopolíticas conflictivas, siendo la facultad de amnistiar consustancial al ejercicio del poder y a la responsabilidad que este conlleva para garantizar la convivencia entre ciudadanos. Por desgracia, siempre hay quien prefiere pescar en río revuelto, cuanto peor mejor, alimentando el odio para su propio beneficio. No hay más que recordar al derechista líder de Acción Popular, Gil Robles, arengando en los años 30 que: “nosotros venimos a provocar la revolución para aplastarla”, algo que casaría muy bien con la política llevada a cabo por el PP en Cataluña, judicializándola, coartando artículos de su Estatuto que sí aprobó en el caso andaluz, o creando la policía patriótica; medidas que alentaron el conflicto pero que le dieron réditos electorales en el resto de España, gracias a la vieja táctica de la construcción del enemigo y la implantación del miedo. O recordemos a Blas Piñar, líder de Fuerza Nueva (un ancestro de Vox), en enero de 1972, atronando: “El 26 de enero de 1939 Barcelona fue liberada de la esclavitud y del oprobio separatista y marxista por el Ejército Nacional. Liberada de la mugre, la tiranía a la que había querido subyugarla ese contubernio de fuerzas oscuras. ¿Será necesario liberar de nuevo Barcelona, rescatar de nuevo la Patria?” Nada nuevo, “Que caiga España, que ya la levantaremos nosotros” decía Montoro, ministro de Rajoy.

El último ejemplo de las consecuencias del rencor y la falta de diálogo y entendimiento, lo tenemos en Palestina, donde se han conjuntado los dos mayores detonantes de conflictos de la historia, la religión y el nacionalismo (no olvidemos que el sionismo es un movimiento nacionalista). Cuan fácil es prender la llama y que difícil apagarla. A Isaac Rabín, 1º ministro israelí, buscar la paz le costó la vida a manos de un conciudadano de ultraderecha. Cuanto aplaudiríamos una amnistía en la región, pero, como decía Robert De Niro en “El corazón del ángel”, hay suficiente religión para que los hombres se odien, pero no la suficiente para que se amen.

 

Guillerme Pérez Agulla

sábado, 7 de octubre de 2023

CANCIÓN TRISTE. Antonio Campos Romay*

A veces uno sabe de que lado estar simplemente viendo quienes están del otro lado” (Leonard Cohen)


Es triste escuchar las manifestaciones de aquellos a los que se les brindó lealtad y afecto en su aparición en la escena nacional tras la renovación del PSOE en Suresnes. Lo es para los militantes que con ilusión y entrega trabajaron desde principios de los setenta del pasado siglo por un país distinto, en pro del socialismo y la democracia, encumbrando para ello a una serie de ilustres desconocidos. Y para una ciudadanía, cautivada por la frescura de una joven generación política.


En general fue acierto depositar en ellos la confianza. Aunque tampoco faltase algún oportunista, excesos de soberbia, impudicia con olvido de los orígenes y precariedad ideológica. Algo que acecha a todo colectivo humano, donde siempre hay riesgo de que afloren personajes mezquinos.


En una España carcomida por la amarga resaca de una dictadura militar con mucho de teocracia, el socialismo fue agente capital de la modernización y democratización del país. La Constitución fue la herramienta precisa. Y en ese proceso hubo nombres propios de gran relieve que volcaron eficacia y bien hacer apoyados por un consenso ciudadano mayoritario.


Fue un tiempo pleno de demandas urgentes, con graves dificultades y con el “rumor de sables” como recurrente banda sonora. La economía en crisis (difícil señalar cuando la crisis no acompaña nuestra economía) y graves problemas laborales e industriales. No parece excesivo afirmar que los gobiernos socialistas superaron su responsabilidad con nota alta, creando un escenario de políticas sociales, culturales, sanitarias, educativas con cotas poco o nada conocidas en nuestra sociedad.


Hoy con un sustancial cambio de paradigma y un cuerpo social distinto, son otras las demandas. Como mínimo parece temerario anclarse en recetas obsoletas. No parece razonable que no lo entiendan así personas que protagonizaron un cambio de ciclo radical en Suresnes, desde la convicción de que una oferta política modulada en la melancolía del exilio, era poco viable en una sociedad ajena a la dejada atrás, a principios de los años cuarenta.


Sorprende su incomprensión ante este cambios de ciclo por los protagonista de aquel, doloroso pero indispensable para la normalidad de España cuatro décadas atrás. También extraña, la animadversión descomedida contra los que hoy tratan de sacar el país adelante bajo criterios sociales y de convivencia territorial, con plena legitimidad orgánica y democrática. Soportando el acoso y las falacias de una derecha extrema y montaraz. Haciéndolo entre graves tensiones económicas, la pandemia, el sufrimiento de la pequeña y mediana empresa, una guerra en Europa, Cataluña y desasosiegos no menores.


Se tiende a cultivar una severa miopía, que ignora la fatiga de materiales de una Constitución que mas allá de los magníficos servicios prestados, necesita remozar algunos de sus aspectos para continuar siendo la herramienta indispensable para la convivencia cuando alcanzamos el primer tercio del siglo XXI.


Muchas de las actitudes son escasamente pedagógicas al proceder de unos protagonistas que menoscaban sus biografiás, con las que debieran ser respetuosos, por su proyección histórica. Es una anomalía verles cerrar filas con lo más granado del activismo ultramontano para denostar un gobierno democrático acusándolo de propiciar la quiebra del Estado de Derecho y el quebrantamiento del orden constitucional y legal. Haciendo propias las muletillas de los sectores mas reaccionarios. Siendo incapaces de ver su deplorable papel sirviendo intereses, que en el pasado les persiguieron con similar saña que hoy se usa contra quien hace políticas de progreso.


Puede que sean inconscientes de la inmensa decepción, incluso vergüenza ajena, que provocan en muchos de los que un día dieron la cara por ellos. Cientos de miles de hombres y mujeres anónimos, militantes entusiastas, leales con su dirigencia. Dieron lo mejor de si, sin exigir nada a cambio. Y que hoy se sienten vejados. Y con ello el asombro y desconcierto en una gran parte de la ciudadanía que con la mayor ilusión les confió el voto en aquellos momentos de transformar la sociedad.


Gentes del común, trabajadores, clases medias, intelectuales, mujeres y hombres plenos de convicciones, que siguen creyendo con firmeza en el valor moral de la lealtad a unas siglas con casi ciento cincuenta años de historia, porque hoy como ayer, como siempre, siguen siendo eje de igualdad y justicia social.


* Antonio Campos Romay ha sido diputado en el Parlamento de Galicia.

jueves, 14 de septiembre de 2023

SOBRE EL IRPF DE LAS PENSIONES

 

En las paginas de jubilados y pensionistas aparecen sistemáticamente propuestas que reclaman la eliminación del IRPF de las pensiones, así que es necesario analizar e informar sobre ello.


1 - ¿A QUIEN BENEFICIA?

Solamente a las pensiones mas altas, que son entre el 20 y el 25 % de los casi 10 millones de pensiones existentes.


2- ¿A QUIEN PERJUDICA?

En principio a todos los de las pensiones más bajas, que son entre el 75 y 80 %, ya que retiraría recursos de la sanidad, los servicios sociales (que son algo más de los viajes de IMSERSO), la seguridad pública y todo aquello que sea de acceso universal de los que este sector es beneficiario preferente, habida cuenta sus limitaciones económicas. Evidentemente impacta en la educación, la vivienda pública, las relaciones exteriores, corrección de desigualdades como la pobreza energética, etc. que afecta a la totalidad de la población pero sobre todo a los más vulnerables. Eso es así porque la principal fuente de financiación de toda prestación o servicio público es lo recaudado por el IRPF.


3 - ¿PORQUÉ EL COLECTIVO CON PENSIONES BAJAS ES EL MÁS PERJUDICADO?

El mínimo exento de pago del IRPF de 2023 es de 15.000 €, la inmensa mayoría de pensionistas están en el grupo de contribuyentes cuyos ingresos anuales no alcanzan esa cantidad, que supone que no tienen que pagar nada por el IRPF, por lo que la posible eliminación reclamada para los pensionistas no produciría ningún aumento en sus ingresos.


4 - ¿ES CIERTO EL ARGUMENTO DE QUE NO ES LEGAL EN EUROPA?

Este argumento es absolutamente FALSO, es más de acuerdo con la normativa de la U.E. todos los estados miembros pueden establecer un IRPF, con idénticas fuentes sujetas a él. Salarios, pensiones, alquileres, dividendos, intereses, actividades agrícolas o comerciales, actividades artísticas o deportivas, rifas, etc. es decir todo tipo de ingreso anual.


5 - ¿EXISTE UNA DOBLE IMPOSICIÓN SOBRE LAS COTIZACIONES A LA S.S.?

La realidad es que cuando se realiza la declaración anual dichas cotizaciones serán gastos deducibles de los rendimientos del trabajo, de conformidad con el articulo 19,2 de la LIRPF El artículo 19 de la LIRPF señala lo siguiente: «1. El rendimiento neto del trabajo será el resultado de disminuir el rendimiento íntegro en el importe de los gastos deducibles. Así pues no es posible argumentar que nadie ha sufrido impacto alguno del IRPF sobre las cantidades que durante nuestra vida laboral que nosotros o nuestros empleadores hemos aportado como cotizaciones a la S.S.


SEPTIEMBRE DE 2023

Isidoro Gracia

martes, 12 de septiembre de 2023

MISIÓN CUMPLIDA. MONEDA TOMADA. PRESIDENTE MUERTO. Antonio Campos Romay*

Así escueto, a las 14,05 p.m. del 11 de septiembre de 1973, el general traidor Palacios que había entrado al frente de tropas del 2º Batallón de la Escuela de Infantería en La Moneda, comunicaba al Cte. en Jefe del Ejercito chileno, el felón Pinochet, el éxito de su fechoría. A medio siglo de aquellos infames sucesos la estela de honestidad y compromiso con el pueblo del Dr. Allende, Presidente de Chile sigue luminosa. No es el caso del alcoholizado Nixon expulsado de la presidencia USA por tramposo, ni del baldón del premio Nobel de la Paz, un tal Kissinger, a quien el termino genocida podría no ser excesivo. Desde la Casa Blanca se auspició y financió el golpe de estado bajo la batuta del tamdem siniestro “Dick el Tramposo” y “Henry Nobel”, que hicieron del tema Allende algo personal. La CIA fue su herramienta. El nombre asignado a la operación, “Proyecto Fubelt”. En una entrevista de la periodista Oriana Fallaci a William Colby, director de la CIA preguntado sobre la legitimidad del Dr. Allende, le respondió airado: “Estamos en nuestro derecho de apoyar a los adversarios de Allende al igual que lo estamos en Europa de ayudar a los que se oponen al avance comunista” (sic) Cabe suponer incluía la desestabilización de Italia en esos tiempos para provocar un golpe totalitario. Enfático terminó diciendo: “La CIA viene haciendo eso desde hace treinta años y lo hace bien”. El Director Colby en declaraciones al The New York Times un año después del golpe manifestaba con todo desparpajo, “El trabajo de desinformación financiado por esta Agencia y el sabotaje económico de Chile fue una experiencia de laboratorio que probó la eficacia de la inversión financiera para desacreditar y derrocar un gobierno”. Algo que hoy, tiene plena o mayor vigencia. FFAA y Carabineros proclamaron salvar a Chile de la “inminente dictadura marxista”. Un clásico. La forma de hacerlo lo define el sociólogo Manuel Antonio Garretón, “La Junta Militar fue un ejercito de ocupación en su propio país, en medio de la euforia de sus partidarios dispuestos a legitimar todo, el silencio cómplice de otros, el terror y rechazo de una gran mayoría y el espanto de la comunidad internacional”. En cuanto al Dr, Allende, si fue asesinato o se suicidio, no hay diferencia. En ambos casos seria efecto de la causa golpista. Por lo demás, aquellos personajes abyectos en privado tenían claro que el Presidente debía morir. Lo muestran las grabaciones de las comunicaciones entre el general Pinochet y el vice-almirante Patricio Carvajal . Pinochet: A las once en punto se bombardea!.. Entonces hay que estar listo para actuar sobre él. Más vale matar la perra y se acaba la leva, viejo. (...) A las once hay que atacar La Moneda, porque este gallo no se va a entregar. Carvajal: Se está atacando ya... con bastante ímpetu. Así que yo creo que pronto van a poder tomarla. Pinochet: Conforme. En seguida se sale al avión, viejo, y se despacha al tiro. Carvajal: Desde La Moneda hay anuncios de conversaciones y de rendición. (…). O sea, ¿se mantiene el ofrecimiento de sacarlo del país?. Pinochet: Se mantiene el ofrecimiento... pero el avión se cae, viejo, cuando vaya volando. Carvajal: Conforme, je, je... conforme. El golpe tenia también como objetivo evitar que en ese día el Presidente anunciase la convocatoria de un plebiscito. La mañana del 11, el diario bonarense La Opinión publicaba en primera plana, “Hoy anunciará Allende salida a la crisis chilena”. Se proponía una enmienda constitucional que autorizara al Presidente de la República a someter al voto ciudadano la disolución del Congreso. Si se aprobaba se convocarían elecciones. De ser rechazada la consulta, significaría el final del mandato eligiéndose un nuevo Presidente. Era muy posible fuese rechazada. Pero arbitraba una forma civilizada de entregar el poder, evitando la quiebra democrática y el baño de sangre. Desde el asesinato del Gral. Schneider, Cte. en Jefe del del Ejercito con objeto de impedir la investidura del presidente Allende, la desestabilización fue constante. Asesinato en el que “casualmente”, la firma de la CIA era legible. El otro gran partido chileno, la Democracia Cristina fue decisivo. Su sector ultra-conservador se impuso al mas dialogante y empujado por las presiones del Partido Nacional (extrema derecha), abrazó sin reservas el golpismo, los intereses estratégicos americanos y de sus grandes corporaciones, plegándose a la plutocracia local. Curiosamente en 2003, el Secretario de Estado Powell (republicano) manifestó en televisión: “Lo que ocurrió con el Sr. Allende es una parte de la historia estadoundinense de la que no estamos orgullosos”. Por contra, el presidente Obama (demócrata) con motivo de su viaje oficial a Chile en 2011, eludió referirse al drama y rehusó la petición de intelectuales chilenos de visitar la tumba del Dr. Alllende. Algo que si realizaron numerosos Jefes de Estado y Gobierno de diverso signo político. El Sr. Obama, también “Premio Nobel de la Paz”… La historia nunca es igual, pero en ocasiones tiene endiabladas analogías. *Antonio Campos Romay ha sido diputado en el Parlamento de Galicia