lunes, 10 de octubre de 2022

La inviabilidad de las pensiones y otros cuentos de miedo. ISIDORO GRACIA

Al igual que cada vez que se han actualizado las pensiones, una vez abandonada la práctica de enfriarlas o congelarlas al 0,25%, hoy truenan tertulias, medios de comunicación (la mayor parte propiedad o prestatarios de la Banca), medios económicos, e incluso la dirección del Banco de España, pregonando una quiebra segura y “futura” del sistema.

Hace unos años reflexioné sobre el tema, así que retomo argumentos de la época Zapatero, cuando crecía la hucha de las pensiones, y de la de Rajoy, cuando sus gobiernos procedían al expolio del fondo de reserva de la Seguridad Social, usándolo para programas absolutamente ajenos a su objetivo.

Explicación teórica en términos de parábola.

Había una vez un país muy cercano y bastante desarrollado en el que, al disponer de muy buenos ingenieros y técnicos, mediante avances técnicos e innovación fueron sustituyendo, poco a poco, los 20 millones de trabajadores por robots y sus operadores. Primero solo fueron necesarios 17 millones de operarios, después 15, o 10, y por último lograron un sistema de producción tan eficiente que eran suficientes unos pocos miles de supervisores y mantenedores del sistema para que la riqueza producida no solo no disminuyera, sino que creciera mediana y razonablemente año a año.

El país se encontraba entre aquellos que tenían un sistema de distribución de la riqueza producida bastante justo, y ello permitía que la mayor parte de la población tuviera una razonable sanidad, acceso a la educación y a la cultura e incluso que aquellos que no se encontraban en activo, por su edad o condición física o mental, gozaran del fruto de lo producido.

Es decir que “lo importante no era, no es, por cuantos se produce la riqueza, sino cuanta se consigue entre todos y como se reparte”


Explicación práctica y ejemplos concretos, sobre datos oficiales.

El gobierno de Zapatero comenzó, en 2004, con una España cuya producción de riqueza anual (PIB) se cifraba en 861.000 miles de millones de € y una deuda de 400.000 M€, y terminó su mandato en 2010 con un PIB de 1.081.000 M€, y una deuda (después una revisión por gobierno Rajoy) de 568.000 M€, en 6 años el PIB subió un 26%, y la deuda un 42%. Los gobiernos de Rajoy, dejaron en 2018 un PIB de 1.203.000 M€ y una deuda de 1.208.000 M€, o sea, la riqueza subió un 4% en un periodo de 8 años, y la deuda un 112%. Con el actual gobierno el PIB ha llegado, en junio de este año, a 1.295.000 M€ y la deuda a 1.475.000 M€, es decir, en 4 años (pandemia y guerra incluidas) el PIB crece un 7,6%, y la deuda un 22 %.
Podríamos pensar que ha sido el gasto en pensiones en lo que España ha sido generosa en exceso, por lo que hemos tenido que endeudarnos tanto, pero las cifras oficiales justo antes del nefasto 2020, no cuentan eso. Miremos a nuestro entorno próximo, excepto en Irlanda, la prestación social con mayor proporción de gasto es la jubilación y para el conjunto de los países UE que utilizan el €, se estimaba en un 11,1% del PIB, aunque la diferencia entre países es importante. Grecia e Italia son los países que presentan el mayor gasto con un 13,6% del PIB, le siguen Finlandia (12,8%), Francia y Austria (12,7%), y Suecia (12,4 %), Italia ostenta la mayor proporción de personas mayores de la UE. En el extremo opuesto se encuentra Irlanda, con la población más joven de la UE, su gasto era tan sólo del 4,6% del PIB. España, con un nivel medio de envejecimiento respecto al resto de países de la UE, destinaba el 9,6% del PIB.

Veamos pues en que se va la riqueza. El Banco de España cifró las ayudas públicas a la banca en 61.366 millones de €, aun cuando Bruselas sube la cifra de las ayudas de Estado hasta cerca de 100.000, al sumar avales y otros elementos. Se ha recuperado el 5 o 6 %, es decir, siendo prudente, hasta la fecha cada año la repercusión ha sido del 1,1 % del PIB. Y si tenemos que creer a los Presupuestos Generales del Estado los intereses de la deuda a su cargo pasaron del entorno del 2% (época Zapatero) a casi el 3,5 % del PIB (época Rajoy), y este año se estima en el 2.15%. Como la deuda en su mayor parte está en manos de la Banca, se puede asegurar que directamente vía ayudas o indirectamente, vía pago de intereses de deuda, los españoles bombeamos desde 2010 más de un 2,5% adicional de nuestra riqueza producida a la banca. Para comparar, en su conjunto la banca recibe año a año más que lo que se destina a educación. No contamos que, entre todos, vía Banco Central Europeo, hasta hace un par de meses, prestamos el dinero en torno al cero por ciento a los mismos bancos que nos lo prestan a particulares y empresas a unos generosos 8 o 9%, si somos buenos clientes, o al 20 % si usamos el crédito vía tarjeta. En resumen, las ayudas a la Banca, hoy con un casi imposible retorno, suman como para pagar todas las pensiones durante un año completo.

Queda demostrada la moraleja de la parábola, crecer al 3 o al 5% está bien, hacerlo ocupando a 20 millones de activos mejor, que solo a 17 millones, pero lo importante no es, por cuantos se produce la riqueza, sino cuanta se consigue entre todos y como se reparte. 

Octubre 2022

Isidoro Gracia

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