martes, 20 de junio de 2023

23J y la necesidad de una Europa unida para sobrevivir como ciudadanos libres



En el siglo XVII Hobbes identificó al Estado como única defensa frente al monstruo Leviantán, que identificaba como “La guerra de todos contra todos”, no imaginó que también escribía para el siglo XXI.

En 2011 releyendo algunos párrafos de la traducción de Tierno Galván del libro “El ciudadano y Leviatán”, de Hobbes, encontré motivos para el optimismo en la única herramienta que podía sacarnos del pozo de la crisis: La Política. En 2011 la Unión Europea parecía un proyecto con dudas crecientes debido a como se afrontaba esa crisis usando, como “bálsamo de Fierabras” cervantino, lo que muchos calificamos de “austericidio” , hoy no solo han crecido exponencialmente las dudas, en especial con el trato dado a problemas como la emigración, sino también por las actitudes de algunos gobiernos, en especial, pero no solo, los de Hungría y Polonia, respecto a los valores básicos que impulsaron el proyecto europeo.

Pero tanta gravedad como lo anterior, sino mayor, tiene la respuesta generalizada que están dado gobiernos y sobre todo los votantes a cualquier problema, desgastando, cuando no dinamitando la proposición teórica del contrato social, propuesta por Hobbes y traducida en Europa como “estado de bienestar”. El trato dado, por los los gobiernos europeos auto-titulados “moderados” a sus ciudadanos mas desfavorecidos, despierta el darwinismo profundo del individuo (para entendernos: el sálvese quien pueda), que lleva al votante a los brazos de las fuerzas que proponen volver a las soluciones solo para los de propia tribu. Ya sabemos lo que la historia dice que pasa cuando todos los demás tienen la culpa de que los de casa no tengan todo lo que quieren, en el territorio de la UE el periodo mas largo sin que nos matáramos entre vecinos son lo años de existencia de la propia UE.

Como otros grandes pensadores parte de un buen conocimiento de sus conciudadanos y vecinos: “el hombre es un animal esencialmente egoísta, y la fórmula primera y fundamental del egoísmo es la supervivencia”. Por ello si quien detenta el poder absoluto al ejercerlo en vez de evitar el miedo lo produce y ocasiona la destrucción del acuerdo de cesión de su libertad por parte del ciudadano, o si traspasa los límites de lo necesario, se convierte en un poder superfluo y por lo tanto el ciudadano verá su supervivencia amenazada, y reaccionará con violencia. Esa violencia, que en 2011 aún se veía en lejanos desiertos, hoy no solo se ha trasladado a nuestras puertas sino que las traspasa y está empezando a estallar en nuestros pueblos, y entre nuestros conciudadanos alienados con viejos fantasmas y símbolos, políticos, religiosos y clasistas.

En contra de lo que muchos creen la Unión Europea no es solo una comunidad económica, aún cuando ese fue el ropaje inicial con que se disfrazó el proyecto por los fundadores. La UE es algo más que una mera suma de Estados para hacer fácil los negocios, es una creación que tuvo y aún tiene (o debería tener) como primer objetivo salvar a la propia civilización europea del colapso, al que se vio abocada por las continuas guerras entre vecinos.

Pero el Leviatán de hoy es insaciable, y está poniendo en riesgo la misma supervivencia de los Estados, su papel lo están ejerciendo los mercados y sus verdaderos dueños, los grandes especuladores y que han traspuesto los límites, al quitarnos buena parte de aquello que asegura nuestra supervivencia, como la educación y la sanidad públicas, o como nuestros recursos para el futuro, es más que evidente, en consecuencia el poder de los mercados ya es un poder que nos está llevando claramente a una guerra de todos contra todos.

Pues bien, el futuro de un proyecto UE democrático de ciudadanos libres también está en juego el 23J. Instalados neonazis en el parlamento de alemán, neofascistas, en el italiano, ultracatólicos en Polonia, ultranacionalisas en Hungria y Finlandia, etc. que los neofranquistas sean decisivos en España aumentaría gravemente el riesgo de que derechos, hoy consustanciales con ser ciudadano europeo, se perdieran o debilitaran y que mucho del camino recorrido en cambiar conflictos históricos por apoyos entre vecinos vuelva al pasado imperfecto del impacto de las dos guerras mundiales sufridas en nuestro continente.

Dudo que un líder de tan escasa preparación y capacidad como Feijóo sea capaz ni siquiera de analizar esos riesgos, mucho menos de controlarlos, habida cuenta de lo que está pasando en ayuntamientos y autonomías.

Junio de 2023

Isidoro Gracia


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