lunes, 28 de agosto de 2023

REAL CONSULTA. Antonio Campos Romay*

El título II de la Constitución referido a la Corona, señala en el art. 62-d, la potestad del Rey a“proponer el candidato a Presidente del Gobierno y, en su caso, nombrarlo, así como poner fin a sus funciones en los términos previstos en la Constitución” En el Titulo IV, “Del Gobierno y su administración” determina en el art. 99.1 sobre “Nombramiento del Presidente del Gobierno”, “Después de cada renovación del Congreso de los Diputados, y en los demás supuestos constitucionales en que así proceda, el Rey, previa consulta con los representantes designados por los grupos políticos con representación parlamentaria, y a través del Presidente del Congreso, propondrá un candidato a la Presidencia del Gobierno”. El Jefe del Estado tiene margen de maniobra en orden a quien mandatar para formar gobierno dentro de los limites del sentido común. El complejo panorama político derivado del 23-J, muestran un Presidente en funciones y un candidato que podrían estar en condiciones de solicitar la confianza del Congreso. Cierto es que uno, el agraciado por el Borbón reinante, tiene en su favor haber ganado las elecciones. Algo que sin ser baladí no es decisorio en un sistema parlamentario como el nuestro. Por su parte el Presidente en funciones, mostró capacidad para aunar voluntades en torno a una formula progresista, logrando la Mesa del Congreso con una mayoría holgada. Nuestro sistema parlamentario exige el apoyo de 176 congresistas en primera instancia para formar gobierno y mayoría simple en segunda. A los candidatos hoy no le cuadran los números. Por ello y en la linea de lo manifestado por el diputado peneuvista Sr. Esteban, la designación real, (técnicamente aceptable a primera vista), semeja atropellada y escasamente meditada. Asoman las precariedades exhibidas por los aspirantes. El validado por el Jefe del Estado, el Sr. Feijoo aparenta serias dificultades para alcanzar acuerdos mas allá de la extrema derecha, su apéndice regionalista de Navarra y la no totalmente segura diputada canaria. El Presidente en funciones tras su pacto con Sumar apunta disponibilidad de alcanzar acuerdos con diversas formaciones para quienes es repugnante que la formación ultra que sea el báculo del Sr, Feijoo. Ante ello hubiere sido una practica más ordenada, tras oír a los diversos portavoces, dar un espacio de maniobra a los candidatos, que les permitiese en una segunda ronda de consultas llegar con sus respaldos concretados formalmente. Lo que facilitaría su decisión alejándola de las voces que ponen en entredicho la imparcialidad del Jefe del Estado Quizás el Jefe del Estado podría incluir en su toma de decisión más allá de los números indispensables, la textura democrática, moral y constitucional de los aspirantes como elemento de su análisis. Puede que sea excesivo trabajo para quien no tiene habito, pero entra en sus deberes. En sus escasas funciones hay una indeclinable. Su labor arbitral. Y con ella, la defensa de los valores constitucionales y los derechos que emanan de la Declaración Universal de Derechos Humanos. ¿Tiene cabal referencia el Jefe del Estado a la hora de decidir, el tipo de connivencias habidas con amistades nocivas para el bien común por uno de los candidatos? ¿Es consciente que uno de los aspirantes ha violentado e incumplido con alevosía la Constitución bloqueando el gobierno de los jueces (CGPJ) por exclusivo interés personal y partidario en claro atropello del mandato constitucional?. ¿Recuerde el Jefe del Estado, que uno de los candidatos auspició la mas esperpentica situación vivida en democracia alentando e impulsando la actuación de miembros del Tribunal Constitucional a amordazar al Congreso de los Diputados? ¿Es consciente el Jefe del Estado que aquel a quien mandata, el Sr. Feijoo, utiliza ese mandato para blanquear y normalizar la extrema derecha haciéndola factor determinante y omnipresente en las instituciones?. Una extrema derecha ultramontana cuya progresión es un fenómeno preocupante para la democracia y que agrava lo que sucede en el resto de Europa y el mundo. Es decisión real y que ejerce como mejor estima. Pero al hacerlo así, se abre un espacio prolongado y no exento de incertidumbres, no exactamente políticas en algún caso. Por vía de ejemplo las apelaciones del Sr. Feijoo a la bancada socialista incitando al transfugismo. Continuando la indecencia democratica que como candidato ejerció diciendo “hablaré con barones socialistas, especialmente el Sr. Page”. En su boca, no es cuestión tomarlo como broma de mal gusto. En la organización que preside el “tamayazo” ó el “upn-azo” forman parte de su practica y cultura. Hasta la sesión de investidura tendremos oportunidad de asistir a no pocos momentos aberrantes. Solo cabe esperar que sean los votos y no las botas de quienes hollan la democracia, los que instigan la almoneda de la Soberanía Nacional, los que decidan la política del próximo cuatrienio. *Antonio Campos Romay ha sido diputado en el Parlamento de Galicia.

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