miércoles, 22 de octubre de 2008

¿DONDE SE DICE QUE LA JUSTICIA ES INDEPENDIENTE?

Desde luego en la Constitución Española de 1978 no, lo que dice es: “La Justicia emana del pueblo y se administra en nombre del Rey”. Así pues la Justicia es absolutamente dependiente de un sujeto llamado Pueblo, que aprueba sus normas de convivencia mediante el Parlamento por mayorías democráticas. Mucho menos lo son los jueces, cuyo único y muy importante papel es aplicar el texto literal de las leyes, aún cuando sea práctica relativamente frecuente que algunas interpretaciones entren en contradicción evidente con la letra de la ley y el espíritu con que se aprobó. Así pues el juez es absolutamente dependiente del texto de la Ley y su ideología no puede, no debe, ser factor de interpretación.
Mucho menos lo dice Montesquieu, a quien todo el mundo cita, en especial los jueces en defensa de sus posiciones, como padre de la idea de la separación de poderes, el también sostenía algunas otras ideas que completaban su exposición y que son ignoradas por quienes reclaman una independencia en unos términos que el filósofo y jurista jamás propuso. Siendo consciente que quien dispone de poder tiende a ampliarlo con inclinación a abusar de él, lo que proponía era que concretamente este poder no fuera ejercido por nadie de forma permanente ya que “así el poder de juzgar, tan terrible en manos del hombre, no estará sujeto a una clase determinada, ni quedará exclusivamente en manos de una profesión”. Así pues el mismo filósofo y jurista, y otros que forjaron las bases de las democracias modernas, establecían que el origen de todo poder es el pueblo, sujeto a quien todos los poderes están supeditados y más eran radicalmente contrarios a alguna de las prácticas de quienes hoy reclaman su amparo, ya que es claro y evidente que la administración de la Justicia ha quedado en exclusiva en manos de una profesión.
El obligado paso periódico por urnas del Parlamento y del Gobierno hace que los ciudadanos dispongamos de mecanismos que nos permiten apartar del ejercicio del Poder a quien no está de acuerdo con lo que la voluntad de la mayoría demanda, pero esa voluntad mayoritaria no encuentra vías para controlar la Judicatura, que encuentra mecanismos para perpetuarse en manos de una clase y una profesión determinada y los hechos demuestran que tendentes a ideas no muy democráticas.
¿Qué ocurriría si algunos de los jueces tuvieran que pasar por las urnas periódicamente?

Octubre de 2008
Fdo: Isidoro Gracia

2 comentarios:

Anónimo dijo...

'En toda actividad económica las personas que trabajan tienen que tener incentivos. No creo que sea bueno el salario fijo. Si los accionistas ganan dinero es lógico que esos beneficios se trasladen a los trabajadores'

No tiene que ver pero es que me muero de la risa... ¿a que no saben quien ha dicho ésto?

la respuesta en la siguiente dirección:

http://www.cincodias.com/articulo/empresas/Juan-Villalonga-recetas-crisis-millonario/20081025cdscdiemp_16/cdsemp/

un saludo

FUNDACIÓN LUÍS TILVE dijo...

Obviamente los jueces tienen ideología, y a la hora de aplicar una misma ley uno lo puede hacer en un sentido progresista y otro en sentido contrario. No hay estado -ni lo ha habido nunca- donde el legislador haya hilado tan fino que no haya dejado posibilidad de interpretación a una norma legal. Las leyes serían larguísimas por su puntillosidad y precisión, pero aún así habría quien ve en tal matiz o palabra una cosa y quien ve otra. Por lo tanto la Justicia sí puede ser independiente en la medida en que es un poder del Estado distinto del Gobierno y del Parlamento, pero al no ser los jueces elegidos por la población (lo que creo sería un error) los altos tribunales se conforman de acuerdo con la voluntad de los grupos políticos mayoritarios. Lo que haga cada juez en cada juzgado puede, como es sabido, ser corregido por otro juez de instancia superior. Si un juez se pliega a la voluntad de una parte nada impide que sea desautorizado por otra instancia. El problema, creo yo, no es de independencia, sino de lentitud y espíritu de trabajo: como en tantas otras profesiones hay jueces diligentes y otros que no lo son; jueces honrados y otros no, etc. En cuanto a la lentitud viene dada -creo- por los medios y por del derecho procesal. Difícil asunto.