martes, 19 de enero de 2010

LIBERTAD DE PRENSA

Las libertades de opinión y expresión, el derecho a recibir información veraz y difundirla, así como a no ser molestado a causa de las propias opiniones, son cuestiones básicas, imprescindibles, sin las cuales ni la democracia ni las demás libertades son posibles. Así lo recoge la Declaración Universal de los Derechos Humanos en su artículo 18, y la Constitución Española en su artículo 20.
Por ello, vaya también mi solidaridad y apoyo a los periodistas de la SER, Daniel Anido y Rodolfo Irago, víctimas de una condena que ha merecido desaprobaciones y críticas generalizadas. Vaya también mi rechazo a los recortes de las libertades de información y expresión en China y otros muchos países, y mi aplauso al Gobierno de España por la supresión de la publicidad en la CRTVE, evitando así la dependencia de los medios de comunicación públicos, de la publicidad privada.
Pero dicho esto, soy de los que me pregunto hasta que punto la libertad de prensa que proclamamos, en España, en Europa y en el mundo gobernado por el mercado liberal/capitalista, es real. Un mercado en el que la financiación de las televisiones, las radios y los periódicos privados, se financian con publicidad también mayoritariamente privada. Es decir que, quien controla esa publicidad, tiene la llave para el control de los medios de comunicación. Todo el mundo sabe que un periódico por ejemplo, es imposible que cubra gastos con el euro, o euro con veinte céntimos, por el que se vende. Con ese dinero tal vez ni se cubra el porcentaje del kiosquero ¿30%?, del distribuidor mayorista ¿15%?, y el transporte general desde los talleres de imprenta hasta las grandes áreas de distribución. El resto: papel, honorarios, salarios, instalaciones… se financian con publicidad. La televisión y la radio en mucha mayor medida.
A su vez, el mundo de la publicidad está controlado por algunos de los grandes medios de comunicación, y todos ellos, directa o indirectamente por las entidades financieras, por los Bancos. Y claro, siendo publicidad igual a recursos financieros ¿con que criterios y a beneficio de que intereses se asignan éstos recursos? ¿Puede ocurrir que un medio de comunicación crítico con el sistema establecido, o con los intereses de los grupos económicos dominantes, sufra represalias y se excluya de la asignación de publicidad? ¿Puede ocurrir que los grandes medios ya instalados impidan que prosperen nuevos medios alternativos? ¿Puede ocurrir que se excluyan de la publicidad hasta intentar ahogarlos a los medios proclives a la izquierda política o críticos con la derecha económica y política?
No solamente creo que puede ocurrir, sino que está pasando. Casos concretos los hay, y muchos, aunque tal vez no deba ser yo quien los mencione aquí. En el fondo, esta es otra forma de censura, tan eficaz o mas que la de los chinos, aunque menos estridente. Por eso pienso que la democracia y la libertad necesitan por lo menos en algunos sectores, un porcentaje de “lo público” igual al de “lo privado”.

SUSO MOSQUERA

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