sábado, 15 de mayo de 2010

MAS ESTADO Y MENOS MERCADO

Parece evidente que lo que está sucediendo con la economía, y tras ella con todo lo demás, no tiene arreglo posible en el marco del capitalismo especulativo y sin control en el que nos movemos. Promoviendo el pánico, las entidades financieras que provocaron la crisis, obligaron a los estados a endeudarse para aportar multimillonarias ayudas evitando así la quiebra del sistema financiero internacional. Este endeudamiento agravó en extremo las economías de los países, obligando a sus ciudadanos a sacrificarse para poder pagar la deuda contraída (recortes en los salarios, las pensiones, las coberturas sociales, más impuestos, etc.) Aún así el problema de la crisis no consigue resolverse, el paro sigue aumentando, las bolsas vuelven a caer, el miedo y la desconfianza impiden la recuperación… y sobre todo, la especulación continúa promovida por las mismas entidades que, al borde de la quiebra, pidieron ingentes ayudas públicas para evitar su quiebra y con ella la del conjunto de la economía. La avaricia sigue creciendo en lugar de menguar.
Resultado: estamos ante un círculo vicioso sin solución conocida, ante una crisis general del sistema, que probablemente no podrá superarse con las recetas clásicas de los tratados de economía y de los “expertos”, validas solo para incidencias menores, pero por lo que se ve ineficaces ahora. ¿Qué hacer? La respuesta parece obvia, si el mercado sin control nos lleva directos al desastre, habrá que dar un giro firme y radical antes de que sea demasiado tarde. Donde se decía ¡más mercado y menos estado! Habrá que empezar a decir lo contrario: MÁS ESTADO Y MENOS MERCADO. Máxime cuando eso que llaman “los mercados”, a través de la derecha gobernante europea, pretenden ahora, “conocer e informar previamente” los presupuestos de los estados miembros, antes de que los debatan y aprueben los respectivos parlamentos nacionales. La amenaza de “los mercados” se cierne ya, directamente, sobre la propia soberanía de los estados y de la democracia.
Si estamos atados de pies y manos en lo que respecta a la política monetaria a través del euro y del Banco Central Europeo, y con ello incapaces de tomar medidas eficaces para defender nuestra economía, si salirnos del euro para diseñar nuestra propia política monetaria, es de un riesgo hoy insuperable, ¿por qué no volver en mayor medida a “lo público” para evitar que nos esquilmen puesto que el sector privado es incapaz de hacerlo? ¿Por qué no un gran banco público que asegure el crédito necesario a las pequeñas y medianas empresas, y ponga coto a la especulación e ineficiencia de la banca privada? ¿Por qué no el control publico de los sectores estratégicos de la economía, poniendo coto así al dominio que ejercen sobre ellos los grandes bancos privados? ¿A dónde nos lleva la política de privatizaciones de la sanidad publica que ha emprendido Feijoo en Galicia? ¿Qué ventajas se han derivado de la privatización de las autopistas gallegas que también llevó a cabo Feijoo?
En el fondo lo que está en juego es el modelo de sociedad y de país que queremos. O un país de todos, o un país tan solo de algunos, coto privado de una minoría que dirija y controle la economía, la política, la justicia, etc., y entregue el país a “los mercados” y sus multinacionales (a cambio de una comisión por supuesto). Por cierto ¿Qué es eso de “los mercados”? ¿Quien está detrás?.

SUSO MOSQUERA

1 comentario:

MONCHO dijo...

Sorprende que non se teña tomado a iniciativa de reclamar con forza polo menos un BANCO PUBLICO que poida operar normalmente nas actividades comerciáis ordinarias.
Debera facelo xa o Goberno como unha medida imprescindible para poñer coto a tanta especulación a atentado os dereitos e interses da xente. Pero se non o fai, os sindicatos e a "esquerda plural" sí deberan facelo.
O feito de que as medidas para facer chegar o crédito as pequenas e medinas empresas, promovidas polo Goberno a través do ICO, as teña que xestionar a través dun banco privado, resulta revelador e case patético. ¡UN BANCO PUBLICO XA!