jueves, 7 de octubre de 2010

FUNDAMENTALISMO NEOLIBERAL

Cual si de un ministro o vicepresidente del gobierno se tratase, el Gobernador del Banco de España ha vuelto a comparecer una vez más para leer ante las cámaras diversos párrafos del ya viejo informe encargado en su día al servicio de estudios del banco sobre las pensiones. Vuelve así a la carga con su ofensiva para ampliar la edad de jubilación a 67 años, y aumentar el número de los 15 actuales para calcular la base reguladora de las futuras pensiones, de manera tal que se produzca una rebaja substancial de sus cuantías. Dice además que el objetivo de la reducción del déficit en los presupuestos generales del estado (por supuesto, casi únicamente a través de rebajar el gasto) es nada menos que SAGRADO. Dice también que hay que suprimir de los convenios colectivos la cláusula de revisión salarial cuando el IPC supere las previsiones sobre las que se pactó el salario, y por si todo falla (mala cosa este temor) pide al Gobierno un “Plan B”.
Mientras lanza sus proclamas y profecías de quiebra del sistema en pocos años si no se llevan a cabo con rapidez las medidas que recomienda, no hay inconveniente en PREJUBILAR A PARTIR DE LOS 55 AÑOS a muchos miles de empleados de banca como consecuencia de las fusiones y reestructuraciones del sector de las Cajas de Ahorro que también viene impulsando con denuedo el señor Gobernador.
Por lo visto, en Galicia serán 1.200 los prejubilados, pero en el resto de España otras varias decenas de miles mas, ¿No es acaso una descomunal incoherencia e insolidaridad volver a meter la mano en la Caja de la Seguridad Social para reestructurar a su costa las plantillas de las nuevas Cajas? ¿Acaso la financiación, presente y futura de la Seguridad Social no requiere renunciar a este tipo de prácticas? ¿Cómo es que para unos se pide la jubilación a los 67, pero luego se jubila a otros a los 55 años?
Además, en este sector de las Cajas se vuelve a recurrir a las prejubilaciones, después de una prolongada práctica de prejubilaciones y jubilaciones anticipadas a consecuencia entre otras cosas de las múltiples y sucesivas fusiones habidas a lo largo de los últimos años. Todo para ofrecer un sector saneado a los futuros inversores privados, tanto nacionales como extranjeros (multinacionales evidentemente), a los que se ofrece el incentivo adicional de una reforma laboral que a partir de ahora posibilitará despidos mucho más rápidos, fáciles y baratos, evitando así las “engorrosas y caras negociaciones con los representantes sindicales”.
¿Acaso se olvida que ha sido con dinero de la Seguridad Social, de las Pensiones y del FOGASA con el que se financiaron una gran parte de las reconversiones industriales y cierres de empresas llevadas a cabo en época todavía reciente?
Lástima que el señor Gobernador no haya hablado de poner coto a los sueldos exorbitantes y extraordinarias prebendas de las cúpulas bancarias, cajas de ahorro incluidas; ni de procurar más ingresos a través de una reforma fiscal adecuada a la crisis, ni de cómo combatir el vergonzoso fraude fiscal, ni de cómo reformar las SICAV, ni de la economía sumergida o de los paraísos fiscales, etc.
No me extraña que el propio Gobernador pida un “Plan B” por si todo el diseño actual que impusieron los “mercados” falla, lo que por desgracia, puede ser lo más probable. Los platos rotos los pagarán una vez más los trabajadores si, pero ¡ojo! los acabará pagando también todo el país y muy pronto, pues no hay prosperidad posible sin el bienestar de las clases trabajadoras.
Por eso, personajes como el Gobernador del Banco de España y otros que como él, comparecen cargados de solemnidad y aparato mediático, lejos de estar llevando a cabo una gran obra de estado (como dicen y tal vez se crean) que supuestamente sentará las bases de un grande y prospero futuro para el país, estén de nuevo cavando una fosa de la que tardaremos muchas décadas en salir. Que no se engañen, ellos no son los actores de una gran gesta de estado ni mucho menos, sino más bien pobres actores de opereta, tragicómicos protagonistas de una obra cuyo guión han escrito otros poderes a la espalda y contra los intereses de los trabajadores y de la mayoría del pueblo español.

SUSO MOSQUERA.
7 de octubre de 2010

1 comentario:

RAMON dijo...

Parece estar en marcha una campaña a la deseperada para legitimar la reforma de las pensiones que pretende el Gobierno. Además de este gobernador, han intervenido en la misma dirección Zapatero, Felipe González, los medios de comunicación con editoriales al respecto,los tertulianos, y de nuevo una curiosa entidad: "Los 100 economistas".
¿Quienes son los 100 economistas? Tengo entendido que se trata de unos 70 profesionales vinculados y dependientes en su mayoría de los gabinetes de estudios de los bancos, cajas de ahorros y compañías privadas de seguros. Lo de los "100 economistas" es la eqiqueta, el nombre adjudicado para lanzar un referente con el que influir en el debate sobre el asunto. Estamos ante un montaje publicitario de las grandes entidades financieras, absolutamente desprestigiadas para hablar de cara con una mínima credibilidad sobre este tema.
Los medios de comunicación lo saben perfectamente, pero aún así, o quizá precisamente por eso, no se cansan de difundir las "prestigiosas opiniones" de este colectivo/montaje.