jueves, 29 de septiembre de 2011

UN CAMINO DE SALIDA DE LA CRISIS.

En un artículo anterior comentaba el sorprendente informe del Centro de estudios del FMI en el que se demostraba, con datos muy sólidos, que una de las causas más importantes de la actual  crisis es el crecimiento de las desigualdades sociales. Por lo que el posible camino de salida pasa, inevitablemente, por corregir esa importante causa.
Es evidente que todos los niveles de la sociedad y sus instituciones están involucrados, y también que, especialmente desde las últimas elecciones, solo se trabaja en una dirección: la de los recortes del gasto, sobre todo en educación y sanidad; justo en la dirección contraria a la correcta, ya que así aumenta la desigualdad. Se puede actuar en buena dirección al menos en tres facetas: Los ingresos, los plazos y las prioridades del gasto.
Ingresos.- Todas las autonomías que hoy recortan tienen competencias fiscales para: cobrar el resucitado impuesto de patrimonio, recuperar lo rebajado en el de Trasmisiones Patrimoniales, aprobar un recargo de los tramos más altos del IRPF, e implantar o aumentar lo que en su día se llamó “céntimo sanitario” en los impuestos sobre combustible, alcohol  y tabaco. Son temas solo dependientes de la voluntad política y de tramitación muy simple. El Gobierno de España puede revisar, con mayor dificultad, todo el sistema fiscal y la UE puede contribuir, ya que tiene tamaño y poder suficiente (aún) para imponer la tan conocida tasa a las transacciones financieras.
Plazos.- La UE y el Gobierno del Estado, no tienen porqué sacralizar la fecha del 2013 para alcanzar los objetivos de equilibrio fiscal que se han autoimpuesto. No ocurre nada si al punto de equilibrio se llega en 2015, o en 2018, mejor, si que ocurre: no haría falta aplicar a sus ciudadanos cargas propias de caballo o elefante, bastarían cargas exigentes pero aceptables por los humanos menos favorecidos.
Prioridades de gasto.-  Si en vez de recortar en sanidad y educación, el recorte se hiciera sobre televisiones autonómicas sobredimensionadas, y además  con escasa audiencia, Diputaciones Provinciales, dedicadas con fervor a invertir en pabellones deportivos, campos de futbol con césped artificial, al empleo de familiares y afines, etc., o a eliminar las seudo-embajadas autonómicas, dejando a los del oficio (diplomáticos oficiales) ejercer su labor, o las subvenciones encubiertas, o sin encubrir, a los medios privados de difusión, para que contribuyan a la loa de presidentes, consejeros o alcaldes, etc., se establecería un orden de prioridades propio de una sociedad avanzada que combate la desigualdad, y en consecuencia una de las causas principales de la crisis.
Septiembre de 2011
Fdo. Isidoro Gracia (DNI 7752400C)

1 comentario:

L. de Guereñu Polán dijo...

Diré algo que a algunos resultará anatema: pereo creo que cuando en la transición se pactó el Estado de las autonomías se cometió un error. Los dos grandes partidos debieron entonces -ahora es fácil decirlo- pactar regímenes de autonomía para las provincias vascas y para Cataluña y el resto que esperasen. No habríamos asistido al festín que se ha dado con autonomías como Cantabria, Murcia, La Rioja o Madrid, por poner algunos ejemplos. Si más tarde se demostrase que había un sentimiento autonomista en Galicia -que tengo mis dudas exista- o en Baleares, Navarra y otros países y regiones de España, pues se iría estudiando. Lo que sí es cierto es que podríamos estar donde estamos, podríamos tener menos autonomías o podríamos estar con solo dos que es donde existe una clara demanda nacionalista. Creo que la transferencia en educación y en sanidad ha sido un error monumental, pero en fin, doctores tiene la santa madre Iglesia.