viernes, 16 de diciembre de 2011

LA LUCHA DE CLASES EN EL XXI – Vamos perdiendo

El Centro de Estudios del FMI afirmó hace poco en un informe que una de las causas más importantes de la actual  crisis es el crecimiento de las desigualdades sociales, su informe demuestra que a mayor crecimiento de la concentración de las rentas en unas pocas manos  mayor endeudamiento del resto de la población, y mayor tamaño del sector financiero.
Poco después, los balances del año que acaba, provenientes de entidades tan importantes como la OCDE indican que la desigualdad ha crecido en todos los países que la componen, hasta alcanzar el nivel más alto en 30 años.
Según datos de Eurostat en España había venido disminuyendo de forma sustancial a partir de los 80 hasta 2008, con un pequeño lapsus de deterioro en el entorno del cambio de siglo, en solo dos años los datos indican que las desigualdad se ha disparado igual que en toda la OCDE, incluso en países como Alemania, Dinamarca y Suecia. Las noticias sobre 2011 indican que vamos a peor.
Los pobres aumentan incluso entre los que tienen empleo, de hecho el nuevo invento del mini-empleo (minijobs) han creado una nueva sub-clase: la de los trabajadores pobres, que en la tan ponderada Alemania alcanzan casi los 7 millones. Eso de que en el mundo desarrollado todos somos clase media ya no puede creérselo nadie, el proletariado se ha reencarnado en los parados, trabajadores mal pagados incluso siendo universitarios, los jubilados o prejubilados con mini-pensión, los emigrantes explotados, pescadores sin caladero, jóvenes sin futuro, etc., hay quien le ha buscado un nuevo nombre: el precariado, pero en esencia es lo mismo se llamen como se llamen, son personas explotadas y sacrificadas en nombre de un dios cruel: el mercado, para el beneficio de unos pocos, y deben tomar conciencia de  ello, si quieren contribuir a la solución a sus males.
Quien sí que tiene conciencia de su clase es Warren Buffet, una de las mayores fortunas mundiales, cuando afirma sin rubor: “Claro que hay lucha de clases. Pero es mi clase, la de los ricos, la que ha empezado esta lucha. Y vamos ganando”. Este no es de los peores ya que no solo no es esconde, sino que su conciencia le ha impulsado a donar a la caridad la mayor parte de su fortuna.
Pero el nuevo proletariado, una vez tomada conciencia de que lo es, debe seguir un camino diferente al de la aceptación de la caridad, que además no es práctica habitual entre los especuladores, el mismo camino que intentaron seguir sus predecesores, el de tomar las riendas de su futuro, acabando con su explotación por las buenas o por ….. las regulares, y el mejor medio es la participación muy activa en todo cuanto instrumento político y social pone a su disposición la  Democracia.

Diciembre de 2011

Fdo: Isidoro Gracia (DNI 7752400C)      

1 comentario:

L. de Guereñu Polán dijo...

Karl Marx (hoy casi proscrito) ya hizo un análisis según el cual la economía capitalista tendía a agrandar las diferencias de clase, lo que para él era un factor en el proceso de toma de conciencia de las clases inferiores sobre su situación y papel histórico. Luego vino una época de cierto acercamiento, al nacer la clase media, donde algunos de sus miembros accedieron a niveles de riqueza que antes no existía, las sociedades por acciones proliferaron y muchos creyeron ser propietarios de empresas sin dirigirlas ni tomar parte en las decisiones. En esto se fijó Bernstein, que le hizo la crítica correspondiente -y creo que con acierto- a Marx. Pero como la historia ha demostrado, los ciclos vuelven sobre sí mismos, por lo que parece que ahora estamos otra vez en un proceso de alejamiento de los niveles de riqueza y renta entre una minoría y la inmensa mayoría. Otro problema actual es que la mayor parte de la población en los países llamados desarrollados trabaja en el sector servicios, menos combativo que el industrial, minero, ferrocarriles, etc., por la sencilla razón de que los trabajos son menos brutales y la explotación es más sutil. La toma de conciencia, pues, es más difícil; además el capitalismo (y en los paíes que tuvieron régimen comunista también) adocena y atonta a la población (en general) con medios como la televisión y ciertos inventos tecnológicos, haciendo que lo virtual prevalezca sobre lo real. Lo que Marx llamaría el lunpemproletariado, las clases más inferiores y marginales (inmigrantes, parados de larga duración, pobres, segregados sociales...) no tienen conciencia de clase (en general) porque no la adquieren en las organizaciones societaias, que ahora no existen como existieron en los siglos XIX y XX. Un problema mças con el que habrça que contar =por si no fueran pocos= pero los dirigentes de la socialdemocracia parecen estar interesados en otros temas; y otros en alcanzar ciertos puestos que les inmortalicen.