martes, 31 de enero de 2012

El adoctrinador Wert



El ministro de educación ha incurrido ya en dos torpezas, solo hablar por primera vez, al decir que va a sustituir la disciplina de Educación para la Ciudadanía por otra en la que no existan cuestiones controvertidas ni adoctrinamiento ideológico.

No conozco -no conocemos- una disciplina en la que el adoctrinamiento ideológico sea tan evidente como la de Religión Católica. No existe otra disciplina en la que al alumno se le conduzca hacia un credo, ideología o concepción del mundo, salvo como es lógico en una sociedad democrática, el respeto a los derechos humanos y los beneficios de la paz. El adoctrinamiento en Religión Católica no le preocupa al señor Wert, aventajado contertulio hasta hace poco en las cadenas de televisión. Tanta hipocresía no se daba en un ministerio de educación desde los tiempos de Franco. 

Las cuestiones controvertidas, señor Wert, son el alma de toda disciplina y de toda ciencia: el evolucionismo biológico de Darwin, las concepciones políticas en cada tiempo y lugar, los problemas de la salud y su combate, particularmente enfermedades como el SIDA, el respeto o no a las minorías en las sociedades democráticas, la existencia o no de un dios según se contemplen los presupuestos de la física o de la teología, de unos pensadores o de otros; la interpretación de la guerra civil española; el significado histórico de Tratado de Versalles para la Europa subsiguiente; la conquista y colonización de América; las mismas ciencias jurídicas alumbran cada vez doctrinas que se contraponen, y los expertos y estudiosos no hacen más que escribir en una dirección o en la otra. Los contenidos de un libro escolar de Antropología son más "controvertidos" que los de cualquier libro de Educación para la Ciudadanía. ¿Va a revisarlos el señor Wert para sustituir alguna otra disciplina escolar? El señor Wert, que parece es sociólogo ¿no encuentra controversia en las interpretaciones ante una u otra demoscopia?

Lo menos que se puede pedir a un cargo público de la altura de un ministro es un mínimo de rigor, un mínimo de honestidad y nada de hipocresía. Al igual que otros ministros actuales en su especialidad, el señor Wert no ha querido ser menos en demostrar su reaccionarismo, su integrismo cultural incluso. Mientras quienes nos gobiernan sean hipócritas, no sean rigurosos, no estaremos bien gobernados. 

Curavacas.

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