miércoles, 1 de febrero de 2012

"Manos sucias"



La agrupación que se hace llamar "Manos limpias" en realidad las tiene sucias, y aún tiene más sucia la conciencia, porque no ha superado el odio de los vencedores en la guerra civil, porque no quiere que se resarza a las víctimas, porque no quiere que se conozca la verdad.

La verdad es ciertamente inalcanzable en ocasiones, pero cuando el ser humano se empeña se acerca mucho a ella, e incluso puede llamar verdad a la que se llega mediante un consenso general. Hoy, por ejemplo, son muy pocos los que no ven en la guerra civil de 1936 una lucha entre los que poseían a España y los que estaban deshereados; entre los que tenían a la religión católica como una imposición y los que querían que hubiese libertad religiosa; entre el orden con justicia y el orden sin justicia; entre la libertad y la dictadura. Casi nadie niega ya que hubo excesos en los dos bandos enfrentados; que aquella España estaba lastrada por décadas de injusticias y abusos, por décadas de hartazgo ante el caciquismo y la barbarie de unos pocos señoritos. Casi nadie duda de que la Iglesia tuvo mucha culpa en la guerra civil, atizándola; como atizó las hogueras para quejar a los que llamaba herejes. Hoy casi nadie ignora que las autoridades republicanas cometiereon errores, pero también se sabe que dichos errores no estuvieron guiados por la venganza o el rencor; en la retaguradia sí: algunos anarcosindicalistas cometieron crímenes atroces... como algunos falangistas; algunos socialistas tambien lo hicieron... como algunos católicos. Hoy hay una verdad que casi nadie dicute.

Casi nadie, menos unos que se llaman "Manos limpias" y que tienen las manos sucias, y más sucia la conciencia; que quieren impedir que un juez establezca las responsabilides por crímenes cometidos durante la dictadura franquista, con sus campos de concentración, con sus juicios sumarísimos, sus "paseos" y atropellos, sus encarcelamientos arbitrarios, su abuso indiscriminado, su menosprecio de la mujer, el abandono de los más necesitados; el enriquecimiento a mayores de los que ya eran ricos.

El juez que se consideró competente para juzgar estos crímenes está ahora en el banquillo porque los de las manos sucias, y la conciencia más sucia, ahitos de odio, quieren inhabilitarlo, y hay jueces que parecen estar en ello. ¿Como saldrá todo esto? ¿Triunfará la reconciliación, la verdad, el esclarecimiento de los crímenes, o triunfarán las manos sucias y las conciencias empozoñadas de asco y de miseria?

L. de Guereñu Polán.

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