martes, 31 de enero de 2012

Empleados públicos



Hay un video, muy bien hecho y que circula por ahí, donde se nos muestra cómo las primeras personas que atienden a un niño al nacer son médicos (empleados públicos) con las enfermeras y enfermeros, con los auxilares y demás personal de un hospital... Los que participan en salvamentos (el reciente caso de tres vidas sacrificadas para intentar salvar a otras a A Coruña es buena muestra) también son empleados públicos; los bomberos lo son, los que velan para que los bosques no se quemen, los que velan por nuestra seguridad, los que cuidan de que no haya accidentes en la carretera; los que sacan a los heridos del amasijo de hierros en un accidente; los profesores que enseñan en las ecuelas, en los Institutos y en las Universidades son empleados públicos; también los que atienden en los ministerios, en las consellerías y en los Ayuntamientos. 

En España, del total de población activa, el 9,5% son empleados públicos (Eurostat), bastante menos que en la Unión Europea (el 16%, Eurostat). Los recursos que van a los empleados públicos no son un gasto, son una inversión; la mayoría de ellos, en España, son mileuristas; tienen un empleo fijo, pero esto no es un privilegio, es un derecho que se debiera hacer extensivo a todos los trabajadores si viviésemos en una sociedad justa. Es aproximar a los demás al empleo fijo lo que hay que lograr; no quitar tal conquista a los empleados públicos. De todas formas la precariedad laboral entre los empleados públicos en España alcanza a algo más del 24% (Ministerio de Administraciones Públicas). 

"El mayor analfabeto -dejó dicho Bertolt Brecht- es el analfabeto político". No tengamos a los empleados públicos como una rémora, sino como un bien. En todos los sectores de la actividad hay quienes no merecen el respeto de la comunidad, pero esto afecta a unos pocos, como en los demás casos. El sector público, ese zaherido tantas veces por ignorancia, debe ser vindicado. 

L. de Guereñu Polán.

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