jueves, 1 de marzo de 2012

530.000.000.000 euros


Quinientos treinta mil millones de euros es lo que el Banco Central Europeo entregará a la banca europea para que se encargue de hacer fluir el crédito a las empresas y estas creen empleo. Los activos del Banco Central Europeo son públicos; la banca privada no; las empresas que han destruido empleo tampoco.

¿Quien garantiza a los europeos que esos 530.000 millones de euros servirán para lo que el BCE ha decidido? Nadie: sencillamente nadie. La banca privada puede seguir repartíendose beneficios y grandes sueldos, como ese indecente y sinvergüenza consejero delegado del Banco de Santantander que acaba de embolsarse 11,6 millones de euros como haberes del año 2011 (es solo un ejemplo, pero hay cientos). 

El Banco Central Europeo tiene unos protocolos por los que -como autoridad monetaria de la Unión Europea- puede destinar su dinero a lo que considere oportuno, si bien las autoridades del banco son nombradas, como es lógico, por las de la Unión Europea. Ahora bien, una vez que los recursos (el dinero) esté en manos de la banca privada nada impide que ésta los destine a negocios de dudosa rentabilidad (porque los banqueros europeos han demostrado sobradamente su ineptitud); también pueden exigir a las empresas privadas (sobre todo a las pequeñas y medianas) condiciones leoninas para darles créditos, y aún recibiendo dichos créditos, las empresas pueden no contratar en la media en que el crédito fluya a sus cajas. Es decir -y con esto no descubro nada- es la banca la que tiene la sartén por el mango, y los gobiernos europeos claudican ante ella o se complacen con ella porque muchos de sus miembros son banqueros o amigos de los banqueros. 

Ante esto los partidos que se dicen no tener a los banqueros por amigos -quiero creer que los partidos progresistas y de izquierdas- ¿que hacen? Estamos a la espera: por lo de pronto están casi todos en la oposición, por lo que deben elaborar estrategias inteligentes, ambiciosas y creíbles para darle la vuelta a la situación en las próximas convocatorias electorales. Mientras tanto deben estar muy atentos a lo que opinan economistas, profesores, investigadores, sociólogos, expertos y demás personal de izquierdas; no "técnicos" laureados por dar coba aquí y allá. Deben estar atentos a las necesidades de una población depauperada (ocho millones de personas en España), deben estar atentos a los movimientos cívicos; a las demandas de los sindicatos, y desconfiar de toda solución que pase por el secrificio irredento de los de siempre. 

Los frutos puede que no se recojan de inmediato, pero un población reeducada por la izquierda a partir de ahora (quiero ver lo que pasa en Francia) puede dar gobiernos de otro signo que el actual. Europa necesita intelectuales, honrados políticos, verdaderos misioneros de la justicia y de la equidad, ideólogos de un tiempo nuevo pero sin olvidar que el liberalismo económico ha dado unos frutos perniciosos para más de medio mundo y para muchas personas del otro medio. 

El indecente e incompetente consejero delegado del banco de Santander que se ha embolsado 11,6 millones de euros tiene que saber que tiene sus días contados -moralmente hablando- y que un tiempo nuevo tiene que alborear; no ahora mismo, pero sí dentro de unos pocos años. De lo contrario, apaga y vámonos.

L. de Guereñu Polán.

No hay comentarios: