Otro ejemplo de mal ejemplo
La
exministra de Economía, Elena Salgado, ha aceptado formar parte, como
bien pagada ejecutiva, de una empresa chilena que opera en España. La
ley de incompatibilidades para altos cargos de la Administración obliga,
en nuestro país, a esperar dos años para poder dedicarse a la empresa
privada, pero con un permiso del Gobierno este inconveniente queda
salvado. Es una deficiencia de la ley de incompatibilidades aprobada en
su momento, pero cabría esperar de personas como la señora Salgado más
sentido de la moral y de la dignidad públicas.
¿Que
garantías tenemos de que la empresa chilena que contrata a la señora
Salgado no se ha beneficiado de medidas tomadas por ella? Ningua.
Personalmente creo que no debe haber tomado ninguna medida que haya
beneficiado a esa empresa chilena, pero una cosa es lo que yo crea y
otra lo que pueden creer otras personas; otra cosa es el ejemplo que
todo cargo público debe dar a la sociedad. La austeridad -tan cacareada
hoy en día- no debe venir por las restricciones presupuestas a la
sanidad o a la educación; la austeridad debe venir por la renuncia a
cobrar enormes sueldos por parte de personas que gozaron de la confianza
para ocupar altos cargos de responsabilidad política. "La mujer del
César -dicho sea sin ánimo machista alguno- no solo debe ser honrada,
sino parecerlo".
Deje
la señora Salgado de entregarse a los intereses de una empresa privada;
espere los dos años que establece la ley (dura lex, se lex) y luego
haga de su capa un sayo, a ser posible dentro de la ley.
L. de Guereñu Polán.
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