miércoles, 11 de abril de 2012

LA ESPAÑA Y LA EUROPA QUE QUEREMOS.

España como Nación unitaria existe desde hace más de 400 años, digan lo que digan algunos “regionalistas”, (perdón por la alusión, puramente histórica), Europa como Supernación es un proyecto en construcción, sin embargo la Sociedad Europea, entendida como conjunto de ciudadanos con costumbres similares, opinión pública de muy igual tendencia, usos europeos, e incluso poderes públicos compartidos, existe desde hace mucho tiempo, al margen de que sus dirigentes hayan sido capaces de dar, a una y a otra, la organización política y administrativa adecuada a las circunstancias de cada época .
Es por ello que, de acuerdo con lo que sostenía Ortega y Gasset entre otros pro europeístas, romper la continuidad con el pasado es aspirar a plagiar al orangután, ya que es el privilegio del hombre y su señal, el tesoro de comenzar sobre el pretérito acumulado de experiencias, que además, tanto en el caso de España como en el del resto de Europa, han sido proyectos de Sociedad con éxito.
Pues bien, al socaire de la crisis, se empeñan muchos de los actuales dirigentes en abandonar los usos y costumbres que han sido los cimientos sobre los que se ha construido el proyecto, a tamaño continental, que ha permitido a sus ciudadanos disfrutar del mayor nivel de bienestar y de trato justo (aunque el grado de justicia sea mejorable). La libertad de sindicación y huelga se cuestiona, al cuestionan y agredir a los Sindicatos, incluso se anula el respeto a la contratación colectiva que era un derecho consolidado desde hace décadas. El ejercicio de solidaridad se recorta en todos los Presupuestos Generales y en todos los ámbitos: europeos, nacionales y autonómicos o regionales. Se recorta entre naciones vecinas, y con los desfavorecidos del resto  mundo, véase el trato a Grecia y a otros Estados o los recortes de las ayudas al desarrollo. Similares recortes a la solidaridad entre generaciones, con mayores exigencias para jubilarse, o entre clases, con la reducción drástica de los programas de ayuda a las dependencias, a las físicas, a las económicas y a las  culturales.
Abandonar o limitar libertades y solidaridades, hasta alguno de los niveles a los que se está llegando, hace los proyectos de futuro España y Europa, poco atractivos para la mayoría de los ciudadanos que en ellos moramos, y algunos somos ya conscientes que la alternativa que se nos está imponiendo, por el extremadamente poderoso ente “mercados”, con la complicidad  de algunos de nuestros gobiernos, es un liberalismo a ultranza, que pertenece a la flora y fauna del siglo XVIII, esa que describía Dickens, que trajo una sociedad indeseable para el siglo XXI, e incluso para épocas anteriores. Para superarla y pasar a un estado más social y con derechos ciudadanos hizo falta una revolución, esperemos que para mejorar la España y Europa que empezaban a gustarnos, no sea necesaria ninguna otra revolución, que no sea la del uso de las urnas.
La España y la Europa que yo quiero son las de los Estados Sociales y de Derecho, en los que el ejercicio de las libertades, de la solidaridad entre colectivos y naciones es lo normal. No la de los recortes a los ciudadanos, y cesiones a los especuladores que se esconden tras el eufemismo “mercados”. Y si no sale como quiero estoy dispuesto a repensar opciones.


Abril de 2012

Fdo: Isidoro Gracia Plaza


2 comentarios:

FUNDACIÓN LUÍS TILVE dijo...

¡Cuanto siento que se hayan transferido ciertas competencias a las Comunidades Autónomas! A toro pasado no tiene mérito, pero en los últimos años he pensado que mejor hubiera sido un gran pacto entre los dos grandes partidos de entonces (Socialista y UCD) y reconocer la autonomía a las dos comunidades donde verdaderamente había un problema político no resuelto: Vascongadas y Cataluña. El resto... ya se vería. ¿Estaríamos ahora en la misma situación? Algo que no tiene respuesta, pero en aquelos años todos nos entusiasmamos (yo también) con la idea del federalismo: por cierto, ¿me puede alguien decir cuantos estados federales conoce? Yo uno, Alemania; Suizá es un estado confederal; Estados Unidos tiene de federal lo que yo de obispo... Esto del federalismo creo que merece un debate más profundo y serio de lo que se ha hecho.

Isidoro dijo...

Alemania ha modificado hace muy poco el reparto de competencias, buscando el equilibrio que evite que una administración paralice o dificulte el trabajo de otra.
En España podría hacerse algo parecido si no existiesen PNV , CIU y ad-lateres radicales,o, si tuvierámos líderes estatales que asumieran los costes de sus decisiones. Yo no descarto que lo sensato vuelva a estar de moda, espero que pronto.
En la propia Constitución está previsto algún procedimiento para corregir los excesos autonómicos, como la Alta Inspección del Estado, pero el único dirigente capaz de usarlo(Felipe)tuvo otras prioridades.
Yo creo que hasta hace poco las CCAA han sido instrumentos útiles, y pueden seguir siéndolo con correcciones que pueden hacerse, por las buenas o por las regulares, eso sí va a ser imposible, con con el complejo Bart Simpson (yo no he sido) que pulula por los dirigentes actuales, Rajoy y Feijoo son ejemplos claros.