lunes, 14 de mayo de 2012

Aforar a uno para que escape a la Justicia

En el año 1901 el que luego sería ministro conservador Sánchez Guerra, fue acusado de haber ganado su escaño en el Congreso de los Diputados gracias a la falsificación del acta electoral por un agente suyo llamado ratón pelao. Ni qué decir tiene que el tal ratón pelao ya había hecho de las suyas en esas lides y era requerido cada vez que se necesitaba hacer una trampa de las de la época. 

Estamos lejos del año 1901, pero fíjense que ratón pelao sigue actuando como si tal cosa, ahora con mayor experiencia dado el tiempo transcurrido. La derecha española -en éste caso el partido que gobierna España- puso en sus listas a un candidato encartado en un asunto judicial para que, aforado, escapase a la acción de la justicia si esta le era desfavorable, como presumían los ratones pelaos que fraguaron la jugada. Exalcalde de Sanxenxo, infructuoso candidato a la alcaldía de Pontevedra dos veces, constructor de éxito, Don Telmo Martín ha de responder ante la justicia por un presunto delito ambiental grave, por negociaciones prohibidas y por tráfico de influencias, de todo lo cual se benefició económicamente con largueza. Ahora, como es diputado, solo el Congreso puede autorizar su enjuiciamiento, y dejo a la consideración de cada cual que opine sobre si la mayoría gobernante dará dicha autorización o no. 

En todo caso todo hace pensar que cuando se le nominó candidato con todas las papeletas para que saliera elegido, Don Telmo Martín estaba bien advertido de que era la mejora manera de esquivar la persecución judicial. El asunto es aún más grave por cuanto unos 200 folios de la instrucción judicial desaparecieron, aunque sobre ello todo parece indicar que el Sr. Martín no tiene culpa alguna. Y es que ratón pelao será viejo, pero sigue actuando con maña y saña, como si los tiempos no cambiasen. O la sociedad española se espabila o los amañadores de turno nos comen los garbanzos... y el alma. 

L. de Guereñu Polán.

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