viernes, 15 de junio de 2012

Honor a los mineros

Un blog como éste no debe pasar por alto el sacrificio que están pasando los mineros asturianos, leoneses y turolenses, algunos de los cuales, en representación de los demás, están encerrados en un pozo del que no saldrán -según dicen- hasta que se encuentre una solución a sus demandas. Son muy elementales: garantizar sus puestos de trabajo y el futuro de la explotación carbonífera en España. 

No daré rienda suelta a la demagogia porque sé que existen argumentos tanto para abonarse al sostenimiento del sector como para abandonarlo en favor de otras fuentes de energía, pero una cosa es el debate teórico y de política energética y otra el debate sindical y la defensa de los puestos de trabajo. Que siete trabajadores lleven 25 días encerrados en una mina de El Bierzo y que cinco viajen a pie a Madrid, debiera estremecer al cuerpo social, pero ya sé que andamos muy preocupados con nuestras zapatillas, nuestros egoísmos y demás. Por no hablar de los de siempre: adular al que manda y despreocuparse del resto.

Que regiones enteras vivan de la explotación del carbón, que haya sectores estatégicos de la economía -la minería del carbón uno- que deban recibir apoyo público y el drama social que representa la situación de muchas familias mineras, son razones suficientes para prestar atención prioritaria a éste asunto. No tiene sentido que un país abandone la explotación de sus minas a no ser que se demostrara fehacientemente que no son rentables. No tiene sentido que los poderes públicos den prioridad a otros asuntos (por ejemplo, la enormidad de dinero que se facilita a la Iglesia) o se mantengan inermes ante el fraude fiscal, mientras personas acostumbradas a un trabajo durísimo, que han demostrado una combatividad excepcional, un patriotismo a toda prueba, en unas condiciones penosas, sean ahora abandonadas. 

También debe contar, a la hora de las decisiones políticas, el que el sector sea o no especialmente duro, que los trabajadores hayan estado sometidos a una sobreexplotación inmisericorde. El Gobierno debe prestar atención a éste asunto y no a nimiedades como de las que hablan el señor Soria, la señora Santamaría o don Mariano. Menos política-teatro y más política real, de la comprometida, de la de verdad.

Todo lo anterior, obviamente, nada tiene que ver con quemar neumáticos en las carreteras españolas por unos cuantos desalmados para hacerse notar. No es por ahí, creo yo, por donde debe ir el movimiento sindical; sino por el ejemplo que dan los encerrados, sus familias, los que les precedieron y los que serán el futuro de la minería del carbón en España. ¡Honor a los mineros españoles!

L. de Guereñu Polán.

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