domingo, 10 de junio de 2012

Un supuesto bochornoso

El Presidente del Tribunal Supremo juzga, junto con otros magistrados, a un reo. En un momento de la vista el Presidente pregunta al reo si tiene algo que añadir. Éste se dirige al Presidente, que está acusado de pagarse viajes privados con fondos públicos, y le dice: ¿como me juzga usted que no da el ejemplo debido? El Presidente le llama al orden diciendo que ese asunto no está previsto en el caso que se juzga. El reo insiste en que quien le ha de juzgar ha de ser persona ejemplar que no esté bajo sospecha. El presidente dice que él va a misa dotos los días y comulga. El reo insiste en lo absurdo de la situación: usted me juzga, pero rehuye le investiguen, le juzguen si es menester y se aferra a un cargo que no debe ocupar. El presidente, con la flema que le caracteriza, cierra el caso... el que aquí imaginamos, pero el que ha motivado con sus dispendios a cuenta del erario público, ese no está cerrado: está abierto y muy abierto. 

L. de Guereñu Polán.

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