sábado, 7 de julio de 2012

¿EN VÍSPERAS DEL RESCATE?

El país se está arruinando pero Mariano Rajoy parece no inmutarse. Cada semana que pasa las cosas se ponen peor para todos, pero se intenta aparentar que aquí no pasa nada. Muchos son los que, incluso, comparan la situación recordando al “Titanic”, que se hundía sin remedio mientras la música seguía tocando.

Siempre me he sumado a los que ven “la botella medio llena” y sigo creyendo que así debe ser generalmente, pero hoy considero que sería una grave irresponsabilidad no insistir en denunciar la gravísima situación del país, de su economía y de todo lo demás. Creo que estamos en puertas de una verdadera catástrofe económica y social de la que tal vez no nos recuperemos ni pronto ni fácilmente, tal vez nunca. Claro que, este parece el escenario deseado por aquellos a los que la actual situación -que ellos llaman crisis aún sabiendo que es otra cosa- no sólo no les afecta, sino que les ofrece nuevas oportunidades para aumentar su poder y su riqueza, en un escenario político que ellos mismos han diseñado.

Un escenario de ciudadanos despojados de sus derechos, fáciles de despedir, y por lo tanto de amedrentar. Dispuestos a obedecer, a rebajarse los salarios, a aumentar su jornada de trabajo, a prescindir de medidas de seguridad. Un escenario de ciudadanos endeudados, muchos de por vida, temerosos de no poder pagar su hipoteca, y quedarse sin vivienda y sin amparo. Con un número creciente de los que ya no perciben ningún tipo de subsidio o protección social. Que no tienen empleo ni esperanza de conseguirlo.

Un escenario de pobres, cada vez más pobres, en su número y en su porcentaje de miseria, lo que trae consigo población dócil, vencida, sumisa, mano de obra cada vez más servicial y barata, terreno abonado para la caridad y las buenas obras que, según la iglesia católica y otras semejantes, llevan a la Gloria y a la Salvación Eterna de los poderosos.

Un escenario gobernado con mano dura, mas dura cada día contra los que se atrevan a protestar o rebelarse, ya sean organizaciones o particulares, sindicalistas o simples ciudadanos cabreados e impotentes ante el despojo de sus derechos. Mineros, trabajadores del naval, estudiantes, maestros y profesores, médicos, periodistas, inmigrantes, parados, trabajadores autónomos, estafados por las preferentes, desahuciados por las hipotecas que ya no pueden pagar, etc. No se atienden sus derechos ni sus demandas, pero se les responde con intimidaciones, amenazas, golpes y porrazos (algunos brutales), multas, muchas multas, detenciones, demandas de cárcel y restricciones al derecho de manifestación. Dice Fernández de Mesa, flamante Director de la Guardia Civil, que “para imponer el imperio de la ley”, pero luego indultan sistemáticamente a los agentes condenados por su brutalidad y sus excesos.

Un escenario escaso, muy escaso, de información veraz. Pero sobrado, muy sobrado, de propaganda, de mucha propaganda interesada y desinformación. Descalificando, cuando no calumniando a los que protestan y a los que critican la situación actual. Silenciando a los que hablan con conocimiento de causa, con razón y con verdad. Ocultando los hechos que no les conviene que se sepan y ofreciendo en su lugar “evasión y entretenimiento”, futbol y deporte espectáculo, “La Roja”, “San Fermín”, el Apóstol, la Catedral de Santiago, el Códex Calixtino, y las múltiples fiestas religiosas y profanas, para las sí parece haber dinero y ayudas por parte de todos los ayuntamientos. Castigando sin publicidad y sin ayudas a los medios críticos (pero no a los “medios amigos”), para que acaben cerrando y desapareciendo. Impidiendo cualquier control democrático de los medios públicos que no sea el del propio Partido Popular, dejando sin trabajo a los periodistas que dijeron y dicen la verdad, y se atrevieron y se atreven a criticarlos. Promocionando en cambio y ascendiendo a los acomodaticios y asequibles a los intereses del poder y a los poco escrupulosos con sus principios deontológicos.

Un escenario en el que predomina una justicia “colaboradora del mando”, y políticamente afín a él, es decir, mangoneada. Con todos los matices que se quiera, las gentes de a pié tenemos la percepción de que el juez que discrepa del poder político dominante, es acosado y difamado -por la prensa también domesticada- hasta, como en el caso de Garzón, provocar su expulsión de la carrera judicial. Otros jueces son excluidos, marginados, limitada su carrera profesional, mientras se promociona, premia y distingue a los dóciles y acomodaticios, a los que hacen la vista gorda, a los que son capaces de encontrar “soluciones jurídicas” para los delincuentes amigos.

En este contexto, el Banco Central Europeo, acaba de situar el precio del dinero en el 0,75%, creo que es el interés mas bajo en toda su historia. Sin embargo esta noticia lejos de mejorar el panorama, disparó de nuevo las alarmas en España al subir el interés a pagar por sus préstamos hasta casi el 7%, un porcentaje que el propio Mariano Rajoy reconoce que el país no puede pagar. La bolsa está bajo mínimos, y muchas de las principales empresas a precios de saldo ya, aunque continúa su depreciación. Después de tres años, los sucesivos recortes y ajustes, no han servido para reducir el déficit y la deuda que lejos de disminuir sigue creciendo. La economía está colapsada y en recesión. Los parados suman más de cinco millones y medio. En el horizonte no hay síntomas de mejoría, sino todo lo contrario, vamos a peor cada semana que pasa. Y ¡ojo! ya nadie es tan ingenuo como para pensar que ¡Si! pero esto ¡a mi no me toca!, porque salvo para las grandes fortunas, el saqueo esta siendo general.

Pese al enorme despliegue propagandístico, el Gobierno ofrece síntomas de estar contra las cuerdas, nada de lo que hace le sale bien. La imagen, dentro, pero más aún fuera de España, es de descrédito e incapacidad, con errores en cadena. Con este panorama, fracasados todos los intentos para frenar la presión especulativa de “los mercados”, sin que el BCE se comprometa a comprar directamente deuda española y pospuesta la posibilidad de que el dinero destinado al rescate de algunas entidades financieras españolas no compute como deuda soberana para el país, el panorama es sombrío. Si le añadimos que el Partido Popular se va quedando sin nadie a quien poder culpar políticamente de una situación que prometió solucionar de golpe nada mas llegar al poder, el temido “rescate”, es decir, dejar al país en manos de los acreedores y desentenderse de todo, pudiera acabar por ser el escenario menos malo e incluso el deseado por un gobierno incapaz, a merced de Alemania y sus intereses, contra los que Rajoy ni piensa, ni sabe, ni puede ya en enfrentarse, ni de broma. Más bien entregarse con armas y bagajes. Nunca como en esta ocasión quisiera estar equivocado. Mi mayor alegría sería tener que rectificar todo lo dicho hasta aquí.

XESUS MOSQUERA SUEIRO
7 de junio 2012



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