jueves, 26 de julio de 2012

Expediente de regulación de empleo = despido


El Gobierno español actual podrá definirse ideológicamente como quiera, pero los resultados de su política son malos no solo para la economía en general, sino para los trabajadores que se ven abocados a sufrir el paro.

El Drecreo que en febrero pasado reformó las relaciones laborales ha venido a disparar los expedientes de regulación de empleo sin que exista acuerdo entre patronal y trabajadores, lo que era una exigencia hasta dicho mes. Según informan los medios, en mayo de éste año el porcentaje de los expedientes que no se pactaron y que perjudicaron a los trabajadores afectados fue el 68%. Solo en un mes hubo más expedientes sin pactar que los de los años 2009, 2010 y 2011 juntos. Un éxito si lo que se quiere es favorecer a una parte y perjudicar a la otra. 

El deterioro de la situación económica también juega en contra de los trabajadores, pues la inseguridad trae consigo que los empresarios se deshagan de personal y más si la legislación les facilita las cosas. De todas formas es evidente que la legislación de febrero ha influído más que la crisis económica en lo relativo a despidos, pues dicha crisis se remonta a 2008, por lo menos, y hasta finales de 2011 no se notó el deseo de los empresarios a despedir trabajadores; deseo que se ha visto favorecido con la legislación de febrero. 

Un Gobierno que toma decisiones en favor de una minoría es un mal gobierno; si la mayoría es la más débil es peor gobierno todavía, y si por encima no hace otra cosa sino lo que se le dicta en los despachos bancarios peor aún. Estamos ante uno de los casos de mayor insulto a la ciudadanía, no solo porque se recortan presupuestos para servicios básicos que ya se consideraban conquistas irrenunciables, sino porque no se toman las medidas que compensen los efectos de la crisis económica: un solo ejemplo es que los "patriotas" españoles que tenían sus depósitos en los bancos los han sacado del país en tan gran medida que nos han dejado descapitalizados. 

La libre circulación de capitales (porque la de trabajadores está en entredicho) debe de ser para lo bueno, pero no para defender los intereses de unos pocos en contra de la mayoría. A la Unión Europea le queda mucho por andar, pero no andará en la dirección debida con gobiernos como el de España. 

L. de Guereñu Polán.

No hay comentarios: