sábado, 21 de julio de 2012

¡Sí hay dinero!

Esto mismo dice el profesor Vicenç Navarro en un reciente artículo publicado y del que me aprovecho para exponer aquí sus argumentos. Antes quiero decir que esta crisis, después de machacar a la mayoría de la población, al menos servirá para que todos sepamos más sobre macroeconomía y dónde están las fuentes de ingresos a los que un Estado progresista puede acudir para combatir la penuria.

Del Ministro de Hacienda nadie en su sano juicio puede esperar otra cosa que defienda los intereses para los que está puesto en el Gobierno. En cuanto al profesor Vicenç señala que el gasto público en España es uno de los más bajos de la eurozona, por lo que alegar que hay que reducir dicho gasto es suicida; en cuanto a los ingresos del Estado también son de los más bajos de la eurozona, por eso fue un error del expresidente Zapatero bajar los impuestos, lo cual benefició sobre todo a los que más tenían que pagar; España es uno de los países donde la riqueza está peor distribuida en relación a la eurozona, como también tiene una fiscalidad altamente regresiva en relación a los mismos países de la eurozona.

Sin embargo el país no es pobre: el PIB de España es el 94% del promedio de la UE-15, mientras que el gasto público es solo el 72% del promedio de la UE-15. España ha tenido y tiene que pedir dinero prestado (la deuda pública) y pagar altos intereses por ello, porque no recauda lo suficiente. Con la congelación de las pensiones el actual Gobierno español ahorrará 1.200 millones de euros, pero si subiese el impuesto de sucesiones podría obtener 2.500 (más del doble). El actual Gobierno ha reducido el presupuesto de sanidad en 7.000 millones, pero si elevase el impuesto de sociedades podría obtener 5.600 millones. Ha establecido el doble pago sanitario, pero si aumentase los impuestos por los capitales invertidos en las SICAV y en ganancias especulativas podría obtener ingresos para no tener que gravar a los españoles necesitados de medicinas.

Ha aumentado el IVA, pero podría aumentar el impuesto de sociedades a las empresas que ganasen más de un millón de euros al año, de lo cual podría obtener 14.000 millones; en vez de reducir puestos de trabajo en el sector público podría establecer un impuesto a las transacciones financieras (cosa que tampoco hizo el anterior Gobierno), con lo cual se podrían obtener 5.000 millones. En vez de restar esfuerzo de las Comunidades Autónomas para gastos sociales podría combatir la economía sumergida obteniendo así 38.000 millones de euros, pero no haciéndolo mediante una amnistía fiscal, sino mediante la persecución de dicha economía sumergida, pues de lo contrario no sabemos para que queremos a los funcionarios del Ministerio de Hacienda.

Se puede hacer que la Iglesia pague impuestos como todo hijo de vecino y se puede combatir, a medio plazo, la evasión fiscal, que está cifrada en 70.000 millones de euros, pero esto es harina de otro costal.

Súmense las cantidades citadas y véase si hay dinero o no. Sí lo hay; otra cosa es que el actual Gobierno prefiera obtenerlo de las clases medias, trabajadoras y asalariadas en vez de quienes detentan el poder económico en España.

L. de Guereñu Polán.

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