viernes, 20 de julio de 2012

SINDICATOS VIVOS, FUERTES, UNIDOS.

Para proteger sus políticas neoliberales y asegurar el cambiazo del modelo social vigente hasta ahora, una de las principales premisas de sus mentores es la del debilitamiento del sindicalismo, hasta dejarlo en anécdota, en mero apéndice formal de su modelo de democracia cautiva. Lo hizo ya Margaret Thatcher cuando tras la caída del muro de Berlín, inicio su ataque para el progresivo desmantelamiento del modelo social europeo, llamado por otros “estado de bienestar”, acusándolo de obsoleto y poco competitivo. Ataque que incluyó de manera prioritaria a los sindicatos de clase considerándolos un obstáculo para esa competitividad, entre otras cosas por “alterar las leyes del mercado”.

En lugar de defenderlo y exigir al resto del mundo unos modelos de producción y organización social acordes con los derechos humanos y la dignidad de las personas, se optó por todo lo contrario: convertir en referente para la competitividad a las economías emergentes de Asía, desreguladas y sin control, sin mas leyes que las del mercado. El resultado está siendo un desastre mundial, cuyos vergonzosos resultados reales, sus cifras y sus imágenes se ocultan y se silencian: Inmensas fortunas y concentración de riqueza cada vez en menos manos, y aumento de la pobreza, junto al trabajo infantil, el hambre, la miseria, y la feroz explotación del hombre por el hombre, reduciendo al ser humano de sujeto con derechos a simple mercancía.

La socialdemocracia europea, con matices pero en general, sucumbió ante la presión económica, mediática, cultural y política de las grandes entidades financieras internacionales y sus instrumentos (FMI, Banco Mundial, OCDE, OMC, etc.), emprendiendo el camino de “las reformas y modernización del sistema” conforme a los postulados de estas entidades. La crisis económica lejos de servir para una revisión del sistema capitalista que la ha causado, se está utilizando para todo lo contrario: intentar dar la puntilla a lo que resta del modelo social europeo. Las dudas, la debilidad y los errores de los partidos socialdemócratas en los diversos países de la Unión Europea, propiciaron la llegada al poder de la derecha y su consiguiente gobierno de Europa y sus instituciones.

Es en este contexto donde hay que situar la ofensiva contra los sindicatos llevada a cabo con especial virulencia en España a lo largo de los últimos años. Ofensiva que no es nueva, que viene de atrás, y de la que Aznar, Rato, Rajoy y Montoro entre otros saben un rato largo, por sus años de gobierno entre 1996 y 2004. El actual acoso de la derecha española a los sindicatos se inició y fue en paralelo, al emprendido contra José Luís Rodríguez Zapatero sobre todo en su segundo mandato, siendo la crisis económica no algo a superar sino una oportunidad para llegar al poder y conseguir sus objetivos. Por eso no se contribuyó a su solución, y por eso se boicotearon todos los posibles acuerdos sociales, con un Díaz Ferrán al frente de la CEOE y a las órdenes del Partido Popular, y por eso desde los medios de comunicación controlados por la derecha española empezaron los mas infames infundios contra la labor de los sindicatos, sus dirigentes, las subvenciones que reciben, y las críticas mas feroces contra cuanto hacen o dejan de hacer.

Muchos de los principales dirigentes del PP se sumaron directamente a esta campaña, que el Gobierno de Rajoy completó con la reforma laboral, la quiebra de la negociación colectiva, la reducción de permanentes y subvenciones públicas, la expulsión de muchas instituciones, la progresiva supresión de la presencia de los sindicatos y sus dirigentes en los medios de comunicación que ellos controlan, y lo mas indigno: Intentar convertirlos en culpables de la crisis económica.

Las movilizaciones que los sindicatos están llevando a cabo desde hace meses, y sobre todo las manifestaciones de ayer, han puesto en evidencia el fracaso de su objetivo, y que la derecha tiene crudo el objetivo de debilitarlos y menos aún el de destruirlos. Los sindicatos en España gozan de buena salud, y a pesar de los recortes y de las feroces campañas en su contra, están vivos, fuertes y más unidos que antes. Además, los han hecho más necesarios que nunca.

Xesús Mosquera Sueiro
20 de Julio de 2012


4 comentarios:

L. de Guereñu Polán dijo...

Y creo que hay que volver al modelo de sindicalismo reivindicativo y no meramente dador de servicios a sus afiliados. Un saludo.

SUSO dijo...

Estoy de acuerdo.

uno dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Raúl Martín dijo...

Necesitan el caos, y la crisis, para poder aplicar la "mano dura" y la represión necesarias, ya que su objetivo es un cambio de modelo social, que, como bien dices, llevan planeando muchos años:
http://torulethemall.wordpress.com/2012/07/16/ruido-de-portafolios/