sábado, 18 de agosto de 2012

Falacias y más falacias

El Gobierno español y el partido que le apoya, fieles a las exigencias de la banca alemana y a los partidos conservadores que gobiernan en la mayor parte de Europa, se ha empeñado en aplicar políticas -de las que no había hablado en la campaña electoral- que perjudican al conjunto de la población, a los asalariados en particular y al Estado como tal. 

Algunos economistas han publicado datos salidos de organismos oficiales españoles según los cuales en el año 2007 el Estado ingresó 9.564 euros por cabeza mientras que en 2011 dichos ingresos han descendido a 8.175 euros por cabeza. Si bien es posible pensar que tal disminución es debida, en parte, a la disminución de la actividad económica (empresas que echaron el cierre, trabajadores en paro) también es debido a la bajada de impuestos que empezó ya durante la segunda legislatura con gobierno socialista. Si comparamos el último dato con el de otros países veremos que representa el 62% de los ingresos de los Estados de la UE-15, cuya media es 13.126 euros por cabeza. Menos Estado, más pobreza, parece axiomático.

El actual Gobierno, ahora, propone (y no es el único en el conjunto de Europa) bajar salarios y eliminar la capacidad de los agentes en la negocicación colectiva, con lo cual se supone -dice- que aumentaría la competitividad del país (como ocurre con los productos chinos, malayos, coreanos, filipinos, etc., cuyos trabajadores cobran sueldos misérrimos) aumentando las exportaciones: de ahí vendría la reactivación de la economía. No se dice nada, en cambio, sobre la reducción de los beneficios empresariales, que en algunos casos son de escándalo, aunque en otros han disminuido, como es lógico, debido a la desconfianza sobre España por los "mercados". 

Pero no hace falta ser un lince en economía para saber que si descienden los salarios (el Gobierno ha decidido aumentar los impuestos indiscriminadamente) descenderá el consumo, por lo tanto no será posible mantener los índices de producción y el país se empobrecerá, sobre todo en la franja más abultada de la sociedad: asalariados, autónomos, pequeños y medianos empresarios, profesionales libres... 

Por tanto no se trata de discutir si el actual Gobierno acierta o no en su política económica; se trata de ver que intereses representa y defiende. La banca va a estar a salvo, la gran empresa también, sobre todo aquellas que suministran productos competitivos (tecnología, energéticos) mientras la mayor parte de la población sufre las consecuencias de una crisis que es sistémica, es decir, del capitalismo, que golpea unas veces a una región económica y otras a otra, pero que repercute en el conjunto del mundo: las exportaciones chinas ya se han resentido porque Europa ha relajado la demanda de sus productos.

L. de Guereñu Polán.

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