domingo, 2 de septiembre de 2012

Cuestión de moral

Leí hace poco un artículo de la profesora Adela Cortina, en el que decía, entre otras cosas, que no estamos convencidos de que "sacaremos más provecho de la cooperación que de la búsqueda egoista del beneficio individual". También recordaba a Ortega cuando dijo que "lo que nos pasa es que no sabemos lo que nos pasa", frase que viene muy a cuento con la crisis económica que millones de personas están padeciendo. Continúa la profesora diciendo que las personas deben ser consideradas con dignidad, no como objetos de un precio, para adentrarse luego en las "bases cerebrales de la moralidad". 

No sé si dicho artículo lo habrá leído mucha genta o si este que yo escribo ahora lo leerá alguien, pero creo que es uno de los más brillantes y ocurrentes que he leído en muchos años. Si fuera verdad -como se plantea la profesora- "que la moralidad humana tiene al menos una base biológica, entonces un tratamiento neurológico o genético" (al actual Presidente del Gobierno le gusta mucho hablar de su genética y de su estirpe), permitiría fomentar la moral en las personas con sustancias como la oxitocina, los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina, incrementar la cooperación y reducir la agresión, y también el ritalín parece reducir las agresiones violentas.

Arthur Caplan -sigue diciendo la profesora Cortina- señaló que "si tuviera la posibilidad de insertarme un chip en el cerebro con el que pudiera ya hablar francés, sin tener que pasar por academias, cursos, audición de cintas y todo ese calvario... no lo dudaría ni un segundo". ¿No hay más salida que las intervenciones biológicas para conseguir una humanidad convencida de los mejores valores de palabra y obra?, finaliza la articulista. 

Debieran leer el artículo el Presidente del Gobierno y sus ministros, los ejecutivos de bancos que se han llevado el dinero de todos a sus respectivas casas, violentos "de palabra y obra", ideólogos que inspiran la guerra y la desigualdad. ¿Se sometería el actual Presidente del Gobierno a que se le insertase un chip en su cerebro por ver si se vuelve humano en vez de patrocinador de las desigualdades y de las injusticias? Al fin y al cabo son formas de violencia. 

L. de Guereñu.

No hay comentarios: