jueves, 13 de septiembre de 2012

La irresponsabilidad de Don Artur

El Presidente de la Generalitat de Cataluña es un irresponsable, no solo porque gobierna de acuerdo con los intereses de la oligarquía catalana (sus electores quizá se lo estén pensando) sino porque promueve la reivindicación de la independencia de Cataluña respecto de España, sin que su formación haya sido nunca partidaria de dicha solución, sino todo lo contrario, de intervenir determinantemente, desde Cataluña, en el conjunto de España. Tampoco Esquerra Republicana de Cataluña tiene una tradición independentista, sino social; la deriva hacia en independentismo es cosa de las últimas décadas, cuando Esquerra cayó en manos de personas bastante liantes e inconstantes. Dicho esto, no niego en absoluto la legitimidad de que existan partidos independentistas en ninguna parte.

Ahora bien, D. Artur nunca ha pronunciado la palabra independencia, sino que anda con rodeos como soberanismo, estructuras estatales y milongas por el estilo. El President sabe que una Cataluña independiente no tendría fácil su reconocimiento en la Unión Europea, que fronteras con Francia y España no favorecen a la economía, que se debilitaría Cataluña y que se debilitaría España. Por otro lado, no han dicho la última palabra los empresarios catalanes, sobre todo los que más tienen que perder, y no se ha aclarado que pasará con la opinión de un amplio electorado que vota al Partido Socialista y al Partido Popular, así como a otros pequeños partidos que no son independentistas. Es mucho aventurar que todo el electorado de CiU sea partidario de la independencia, sencillamente porque entre tantos electores habrá muchos sensatos.

Yo creo que Cataluña no se va a independizar de España y creo que Don Artur también lo sabe; lo que pasa es que le interesa jugar con fuego para otros objetivos más inmediatos: que se reconozca a Cataluña una autonomía fiscal como la que tienen las provincias vascas. ¡A buenas horas mangas verdes! Seguramente es posible discutir este asunto, pero lo cierto es que hay que estar a lo que se ha pactado: la Constitución y el Estatut. No se puede hace un par de años decir una cosa y ahora decir otra; y dentro de unos meses volver a poner sobre la mesa otra nueva. 

Cuando pase la marea romántica de la manifestación del otro día (que creo debe tomarse en serio) las cosas volverán a su cauce: los problemas económicos primarán y Don Artur tendrá que presentar, dentro de poco, algo de política social, de lucha contra el paro, de ayuda a los dependientes, de becas y trabajos para los jóvenes y cosas por el estilo. Para ello necesita convencer a los que tienen el poder económico en Cataluña, pero también llegar a acuerdos con los sindicatos. D. Artur debiera dedicarse a gobernar -y hacerlo en favor de los que más ayuda necesitan- en vez de jugar con fuego.

En Galicia a algún nacionalista le ha hecho tanta ilusión la manifestación de Barcelona que se ha apuntado al asunto, cuando el Bloque ha renunciado hace mucho tiempo a tales veleidades irreales. Aquí también hay alguno que, sabiendo que el nacionalismo es claramente minoritario, no sé que pretende. 

L. de Guereñu Polán

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