miércoles, 31 de octubre de 2012

INTOXICADOS DE NEOLIBERALISMO

Una crónica publicada en El País del pasado día 28, sobre la situación del PSOE en España, recordaba el modelo fiscal de Zapatero: Recortó cinco puntos el impuesto de sociedades a pymes y autónomos en 2009; suprimió el impuesto de patrimonio en 2008 y lo recuperó en 2011, perdiendo 6.000 millones de recaudación en esos tres años; bajó en 2007 el tipo marginal máximo del IRPF del 45% al 43%, y subió el IVA en 2009. Polémica fue también aquella decisión de deducir los 400 euros del IRPF a todos los contribuyentes sin distinción de su nivel de renta. “Bajar los impuestos es de izquierdas” llegó a decir en célebre frase. No fue solo Zapatero. Sabemos que detrás de estas ideas y de estas y otras  medidas estaban “los expertos” de los que se rodeó, y sobre todo el propio sector del PSOE que controla el área de política económica en el seno del partido desde hace muchos años.
Por aquellas fechas el entonces Gobernador del Banco de España, Miguel Ángel Fernández Ordóñez, se convirtió en el gran defensor de una “reforma laboral” que siempre rechazaron  los trabajadores y sus organizadores sindicales, pero también muchos otros expertos. Reforma que luego el PP aplicaría por decreto, y que se ha demostrado absolutamente inútil para lo que se prometía a cambio: crear empleo y dinamizar la economía. Sorprendente fue la reforma exprés y sin referéndum de la Constitución para cumplir una exigencia de “los mercados” y abrir el camino sin riesgo a los especuladores internacionales.
La privatización de empresas públicas, y sobre todo la extensión de la gestión privada de los servicios públicos municipales y a otros niveles, ha estado al orden del día desde hace muchos años ya. Ahí está como ejemplo el “Grupo Vendex” y su extensa red, con las prácticas corruptas que conlleva. Del discurso político se han ido eliminando referencias a la creación de un banco público, a que se incremente la fiscalidad sobre las Sicav, y se combata a fondo el fraude fiscal de las grandes fortunas o se exija la supresión de los paraísos fiscales, o un cambio en profundidad del papel de Banco Central Europeo, por citar tan solo algunos aspectos.
En Europa los medios de comunicación -entre ellos el grupo Murdoch- alabaron el “talento renovador” de la “Nueva Vía” de Blair, y “el realismo” de Schröder, precursores de Cameron y Merkel, y culpables, no únicos pero si destacados, del descrédito de la socialdemocracia en Europa, y de las políticas económicas que estamos sufriendo.
En el número 215, correspondiente al mes de septiembre de la Revista Temas para el Debate, se aborda ampliamente la profunda crisis de la Internacional Socialista, y su actual incapacidad para hacer frente a los graves problemas derivados de la globalización, la crisis económica, el crecimiento de la pobreza, las desigualdades, etc. En una entrevista compartida con otros siete relevantes socialistas europeos, Mario Soares afirma que “Hay partidos miembros de la Internacional Socialista, que no tienen nada de socialistas”.
De manera que el mal es profundo, y no cabe esperar que lleguen más supuestas soluciones fáciles, consistentes en seguir “revisando contenidos y estrategias” conducentes a la confluencia política con las tesis neoliberales, queriendo hacer bueno aquello de que “la política económica es la que es y no hay otra posible”. Esto no sólo no es verdad, sino que está provocando el abandono de los electorados socialistas, y la búsqueda por parte de las clases trabajadoras de nuevas formaciones de izquierda que representen y asuman la defensa de sus intereses y aspiraciones.
Dicen que de lo que se come se cría. Pues bien el alimento ideológico y programático del mundo socialista en España y en Galicia a lo largo de los últimos años, y salvo las obligadas excepciones, ha sido suministrado en gran medida por gabinetes de estudio, fundaciones, élites universitarias, editoriales y medios de comunicación, directa o indirectamente dependientes de la Banca, y en informes del BCE, FMI, OCDE, y otros, todos promotores de las actuales políticas económicas. En paralelo se ha ignorado cuando no proscrito a profesionales muy cualificados, pero muy críticos y con propuestas alternativas a las que se venían aplicando. Las demandas del 15-M por ejemplo, se han ignorado en su gran mayoría a la hora de confeccionar programas. Algo semejante ocurre con las organizaciones sindicales. Y lo que es peor, la formación ideológica y el debate en el seno de las propias organizaciones socialistas, está casi desaparecida, y substituida en el mejor de los casos por “formación de tipo técnico”.
Y no sólo eso. Tal vez lo peor de todo es que un importante sector del Partido Socialista, acreditado por las altas responsabilidades desempeñadas en las instituciones o el gobierno del país, comulgan plenamente con muchas de las principales tesis neoliberales. Ni más empresa pública, ni banco público, ni recuperación de la gestión pública para los servicios públicos, ni tasa Tobin, ni reforma del secreto bancario y supresión de los paraísos fiscales, ni nada que se le parezca. Solo matices de la actual política económica que estamos sufriendo.
 Rubalcaba, que fue ministro con Zapatero, bajo la presión de la hemorragia de votos, de las malas expectativas de las encuestas y los pésimos resultados electorales recientes, intenta ahora reconducir la situación anunciando mas impuestos a los ricos, poner freno a la reforma laboral, defender “lo publico”, apoyando a los sindicatos en sus reivindicaciones, etc. Pero todo indica que esta vez la situación es mucho mas grave, porque ha dejado de ser ya una cuestión de contenidos y programa solamente, para convertirse en un problema de credibilidad. Puedes prometer pero si no te creen, en política lo tienes muy mal.
El tratamiento no es otro que la desintoxicación, a base de un tratamiento urgente y de choque con dosis de autocrítica -incluso pública- a todos los niveles orgánicos, para continuar con un largo tratamiento con mucho contenido de las ideas básicas del socialismo, las marxistas incluidas. También con fuertes dosis de ética, y recuperación de los ideales de la utopía socialista. O eso o el camino a la irrelevancia y a la nada.
Xesús Mosquera Sueiro / 31 de octubre de 2012



1 comentario:

FUNDACIÓN LUÍS TILVE dijo...

Estoy muy de acuerdo en que la segunda legislatura de Zapatero fue muy negativa y que los dirigentes socialdemócratas de los últimos tiempos no hacen honor a los que siguieron a 1945.