miércoles, 3 de octubre de 2012

Nueva política de orden público


Una de las novedades negativas de este Gobierno es la política de orden público, que ya se ha puesto de manifiesto recientemente en Madrid, cerca del Congreso de los Diputados y lejos de él. La policía no es la culpable de las cargas, sino de quien da las órdenes, y está claro que el actual Gobierno tiene una idea de la libertad para manifestarse manifiestamente distinta al anterior y a cualquier interpretación democrática sobe el asunto. Alguna dirigente del partido gobernante incluso ha dicho que el precedente del 25 de septiembre en Madrid es el intento de golpe de Estado del 23 de febrero de 1981: aberrante, falaz y estúpido. 

El Ministro del Interior se ha despachado con la idea de que los manifestantes pueden ser acusados de atentado contra las instituciones del Estado. Un ministro calenturiento y que se curtió como Gobernador Civil de Barcelona no precisamente en momentos de libertades para manifestarse. Está claro que la derecha española tiene muchas diferencias con respecto a la europea. Ya mintió cuando en 2004 un terrible atentado islamista se quiso achacar a ETA por razones puramente electorales. Ahora sigue mintiendo diciendo que va a hacer lo contrario de lo que hace y ahora quiere cambiar las reglas de juego en cuanto al derecho de manifestación. 

Las cargas brutales de la policía, la persecución de los manifestantes hasta kilómetro y medio del lugar de la manifestación del pasado día 25 de septiembre, golpear a jóvenes y maduros cuando no pueden escapar porque están contra una pared, arrastrar sin miramientos a una mujer, sangrar a un hombre en la cabeza, empujar y agarrar a un joven que leía a un policía un texto (al parecer unos artículos de la Constitución), es algo que hemos podido ver todos. También hemos visto manifestantes violentes que han recibido lo suyo.

Está claro el cambio en la política de orden público: la calle es del Gobierno, como inspiró en su día un santón ya fallecido y con el que no nos vamos a meter ahora. La policía es del Gobierno y para sus fines, no para garantizar el orden, sino para provocar el desorden... junto a una minoría de estúpidos violentos. Se puede estar en desacuerdo con las proclamas de una manifestación y estar de acuerdo con el derecho a manifestarse... un derecho amenazado si no lo remediamos. 

L. de Guereñu Polán.

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