Es uno de esos personajes que emergen en la vida política de los
pueblos de vez en cuando. Procede del campo de las finanzas, de los
negocios, sabe mucho sobre economía pero quizá no tanto como para sacar a
Italia de los problemas en que se encuentra. Italia -como cualquier
otro país- solo saldrá de sus problemas, creo yo, con un gran pacto
entre las fuerzas del trabajo y las del capital. Si ello no fuese
posible, las fuerzas del trabajo (siempre que sean realmente "fuerzas")
no deben claudicar, por muy fuerte y egoista que sea el enemigo (digo
enemigo y no adversario poque no me gusta andarme con milongas).
Asesor del conglomerado financiero Goldman Sachs, no parece que sus
consejos fuesen tenidos en cuenta -si es que fueron acertados- para
evitar la caída del monstruo empresarial, y no alzó la voz para advertir
de las enormes trampas "legales" y no legales que Goldman Sachs estuvo
haciendo para provocar la crisis que comenzó en 2008.
Primero
dejó de ser un banco de inversión ante la mala gestión de sus
directivos. Luego recibió 10.000 millones de dólares de su amigo G. Bush
en forma de activos financieros y acciones para reflotar la entidad
comercial, por lo que si no es por el Estado ahora estaríamos hablando
de una quiebra más. Poco después Goldman Sachs fue acusada por la Bolsa
estadounidense de fraude (hipotecas "subprime"). Hoy se sabe que el
conglomerado empresarial ocultó su déficit engañando al mundo financiero
estadounidense, y por lo tanto mundial.
Goldman Sachs
contribuyó a la crisis griega, ya que dio por buenas las informaciones
(sabiendo que eran mentira) del gobierno conservador de Kostas
Karamanlis. El ahora presidente del Banco Central Europeo, señor Draghi,
no dijo ni "mu" aún sabiendo de dichas ocultaciones, pues era entonces
vicepresidente para Europa del conglomerado empresarial.
En
Italia, el señor Monti no ha hecho otra cosa que aplicar políticas de
sacrificio para la mayoría de la población, pero en absoluto para los
que disponen de la riqueza del país y para los que tienen las rentas más
altas. Como contable ha demostrado una destreza impecable, como
político, una insensibilidad social absoluta. Y lo que necesita Italia
(creo yo), Europa y todo el mundo son políticos honrados, honestos y
comprometidos con la población, no contables bien pagados como el señor
Monti.
Ahora ha convencido -al parecer- a una serie de partidos
para que asuman su programa antisocial y, tras las elecciones, si
dichos partidos las ganan, le elijan a él como Presidente del Gobierno
italiano. Una maniobra de alguien que no cree en la democracia, que
quiere andar siempre entre bambalinas dejánsose arrullar por los
poderosos del mundo sin presentarse a las elecciones, sin hablar en
mítines a la población, sin bajar a la arena en definitiva.
Espero con todas mis fuerzas que la izquierda italiana, bastante
sedicente, se haga con los apoyos necesarios para evitar la maniobra
antidemocrática, pero que cuela como si fuera lícita... aunque no lo es.
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