Ya
sería una burla, pero probalemente la sufriremos, que el joven
Carromero, por el mero hecho de ser dirigente del Partido Popular,
consiga el tercer grado penitenciario, mientras que otros reclusos,
entre los que se encuentran algunos que han solicitado el indulto
repetidas veces, han de seguir en prisión. Cabe recordar que los
crímenes por los que fue encarcelano en Cuba el joven Carromero llevaron
a la muerte a dos personas, mientras que los que solicitan el indulto
no fueron encarcelados más que por consumir droga o por robar un coche.
Hay diferencia.
Doña Esperanza Aguirre, inquieta y movediza
para toda cuanta causa injusta se presente, ya ha mostrado su interés en
la suerte del joven Carromero, al igual -como se sabe- del magnate de
Eurovegas. De paso consigue salir en la televisión más veces que el
sustituto que ha dejado en Madrid. No cree la señora Aguirre en la
justicia cubana, pero sí cree en la justicia franquista, régimen al que
todavía no ha condenado; muy al contrario, se solaza en él.
Otra cuestión son los favores que se están preparando para que el señor
Carromero -a quien ya se da por supuesto saldrá de prisión- ocupe el
puesto de trabajo que tenía y del que está suspendido en tanto que
delincuente. Los vericuetos de la administración de justicia los ignoro,
pero no respetar los acuerdos de extradición del joven Carromero puede
resultar muy perjudicial para España: imaginemos un aseino que huye de
nuestro pais a Cuba y, reclamado, el país caribeño respondiese:
acostúmbrense ustedes primero ha cumplir los acuerdos en materia de
extradición que tienen pendientes.
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