jueves, 3 de enero de 2013

El caso de Lady Goga

Es presidenta del grupo MunaiGaz-Engineering, de Kazajistán, que fabrica materiales para los gasoductos, construye túneles, turbinas de gas y realiza otras actividades. Kazajstán, que no es precisamente un ejemplo de democracia, ha permitido hacer fortuna a unos cuantos mafiosos como la señora Goga. Potencia pretrolífera, vive de sus exportaciones, que representan el 60% de las del país.

La MMG Global Consulting Group es una consultoría especializa en establecer alianzas internacionales, de la que es directora la señora Goga. Hace poco ha adquirido Vionnet, empresa de alta costura francesa. ¿Y como ha llegado la señora Goga, con poco más de treinta años, a amasar tanta fortuna? Hija de un ingeniero que trabajó durante la etapa soviética, pudo estudiar en Oxford y relacionarse con lo más granado de las finanzas, la industria y la oligarquía europea. Caído el régimen comunista de la URSS se apresuró a relacionarse con la mafia rusa (residió durante una época en Moscú para ello) y hacer dinero ilícitamente, pero eso poco importó a los señores Yeltsin y Putin, que estaban a otra cosa.

Las grandes fortunas que hoy existen en Rusia y las demás repúblicas que hoy son independientes entre Europa y Asia se han hecho así: rapidamente, sin miramientos, empobreciendo a los pueblos, explotando a costa del medio ambiente las riquezas naturales (esto ya se hacía en época de la Unión Soviética), lavando dinero negro, explotando a trabajadores que, generalmente, son trasvasados de una república a otra según los intereses de las empresas multinacionales allí instaladas, apoyando a regímenes aparentemente democráticos pero que no lo son: el presidente de Kazajstán tiene poder de veto sobre las leyes que aprueba el Parlamento, por lo que este tiene una función meramente deliberativa.

Parece que a la señora Goga le han robado joyas valoradas en 3,5 millones de euros y 25.000 euros en efectivo (tener ese dinero en efectivo ya indica su procedencia): me alegro. Quien roba a un ladrón tiene mil años de perdón, dice un viejo refrán y creo que es uno de los más justos que conozco. Pero aparte este episodio, la señora Goga es un ejemplo de ese empresariado que, sin trabajar (no le ha dado tiempo) ha hecho grandes fortunas aprovechando las oportunidades que el capitalismo da a las mafias.
L. de Guereñu Polán. 

No hay comentarios: