miércoles, 20 de febrero de 2013

Antonio Ballesta

Antonio Ballesta Martínez
Nacido en Albatera, Alicante, en 1910, fue miembro de la Guardia Nacional Republicana cuando empezó la guerra civil. Al final de esta se refugió en Francia, colaborando en la construcción de campos de refugiados. En 1940 fue hecho prisionero por el ejército alemán y a partir de aquí sufrió un trato inhumano y humillante en el campo de Mauthausen (Austria) entre 1941 y 1945. 

Hoy, según informa Ezequiel Moltó, todavía figura en la lista de fallecidos en dicho campo, pero en realidad murió hace unos pocos días, a la edad de 102 años, en Alicante. Su sobrevivencia se produjo gracias a un cambio de identidad con Rafael Millá, quien murió en el campo de concentración de Gusen en 1942. En Mauthausen fue el número 4.270, recibiendo latigazos -según él mismo ha dicho- con una manguera llena de arena y a 25 grados bajo cero.

En Belfort (Francia) fue apresado por los nazis y cuando iba a ser conducido al campo de Gusen, acordó con su amigo Millá cambiar de identidad, fundador este del Partico Comunista en Alicante. "Me dieron con una trenza de cables eléctricos que me quitaron la piel de las nalgas durante semanas", ha dicho, pasando frío, hambre y terror (sigo siempre a Moltó). Al terminar la guerra mundial se instaló en París e intentó rehacer su vida, que sería larga, aunque en una ficha alemana figure que murió en 1945. 

Ojalá sirva este ejemplo, como el de otros muchos que lucharon por un ideal, y pagaron por ello, para regenerar un país que se desangra entre la miseria, la corrupción y la frivolidad. 

L. de Guereñu Polán.

No hay comentarios: