Recordemos
los tiempos de Felipe y Solchaga. En aquellos años predominaba una ideología
que se ha arraigado hasta los días de hoy. No es otra que la liberalización y
privatización de muchos sectores entre ellos el Bancario. Aquellos aires venían
y siguen viniendo de los Estados Unidos, que sigue teniendo una influencia
sobre las grandes teorías económicas a aplicar, en este mundo cada día más
globalizado.
El
sector financiero ya ha sufrido en los tiempos mencionados una reestructuración
drástica, recordemos la desaparición del Banco Argentaria, Banco Navarra, Banco
Central o el Hispano entre otros. Todos ellos pasaron a manos de inversores
privados y eliminaron el gran regulador del mercado, que no era otro que el
Gobierno.
En
estos últimos años lo poco que quedaba como posible regulador del mercado
financiero eran las cajas de ahorro. Digo bien, eran reguladores,
controlaban precios, flujos de crédito en aquellos estratos sociales que no
atendía la banca tradicional y cubrían aquellas carencias sociales y culturales
a los que no llegaban o no querían llegar los gobiernos o empresas privadas.
Sin embargo la borrachera financiera las empujó a su declive. Nunca se debió
permitir sus expansiones más allá de sus territorios naturales y desde luego su
incursión sin control en el sector inmobiliario.
El
sector de ahorro siempre ha sido una amenaza en los ratios y beneficios de la
banca. Siempre fue, con perdón, la mosca cojonera de los Botín, González, etc.
y ahora que su situación a criterio de algunos insostenible, es el
momento de comprar a precio de rebajas, un volumen de negocio ingente y
rentable a l/p. Pensemos ¿cuando un empresario invirtió en un negocio ruinoso?,
nunca, salvo error.
El
negocio de las cajas sigue siendo viable y rentable, ya sea como banco o como
la institución que quieran inventar. Con un plan a m/p y l/p los proyectos
pueden ser viables, si bien los prestamos son cuantiosos (FROP, Banco España,
etc.) el tipo de interés es bajo y la rentabilidad que se puede obtener de
ellas con un negocio viable y sobre todo con unas cúpulas profesionalizados,
nada de políticos u otras instituciones avaras de poder social y económico.
Será
el futuro una banca pública o un nuevo modelo de cajas, no lo sé. Lo que si sé
es que la concentración y privatización del sector, nos llevara a un
nuevo Holding que nos empujara a un nuevo poder fáctico mas poderos aun, en
manos de unos pocos y que saldrá muy caro a la sociedad a m/p.
La
situación Gallega dado sus estructura social y la gran dispersión geográfica,
agravaría muchos más si cabe esta situación de concentración bancaria que solo
busca rentabilizar sus inversiones a c/p sin atender ni la sociedad, ni la Autonomía que abarca.
Hay
un segmento de población que no esta concentrada ni en el eje Atlántico ni en
las grandes ciudades o villas de Galicia. Quien atenderá esos estratos
sociales. Además la concentración del sector solo incrementara el riesgo,
siempre se dijo que los huevos había que repartirlos en varias cestas, no
tenerlos nunca en una o unas pocas.
JAVIER CASTRO RODRIGUEZ
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