Tembleque
es una pequeña gran población al Este de la provincia de Toledo que le
ha plantado cara a la cara dura de la Presidenta de la Comunidad, señora
Cospedal. Como ella ha cobrado durante años tres sueldos al mismo
tiempo (lo que me ha confirmado personalmente a petición mía) que
sumaban la muy rica cantidad de 250.000 euros, la señora se ha quedado
sin sensibilidad social para comprender que los servicios de urgencias
médicas no se pueden anular de un plumazo (ni de dos) porque son de gran
utilidad a los ciudadanos, sobre todo teniendo en cuenta que las
poblaciones en Castilla-La Mancha no se encuentran próximas entre sí
(como sería el caso de Galicia o la cornisa cantábrica) sino distantes.
La señora Cospedal, que cuenta con un cigarral en la imperial Toledo,
que vive en la abundancia, que miente más que habla, que sirve a
intereses espúrios, ha querido ahorrar dinero público quitándoselo al
público, no a los particulares como ella. Es una forma de hacer política
deplorable, incluso ignominiosa, pero es la política que sabe y quiere
hacer la señora Cospedal.
Luego que los habitantes de
Tembleque, han seguido otros de la Comunidad castellano-manchega:
Alamillo, Fuencaliente, La Solana, Alcocer, Herrería, Gálvez, Puente del
Arzobispo, El Romeral... Como si de una revolución comunera se tratase,
los vecinos se han echado a la calle, han voceado sus reivindicaciones,
han exigido justicia, han pedido por activa y por pasiva que los
servicios de urgencias se mantengan, que no son ricos, que no tienen
tres sueldos, que no gozan de sanidad privada, sino que se valen de la
pública, que la quieren mantener, que la pagan con sus impuestos, que
tienen unos derechos a los que no van a renunciar, que el cigarral de la
señora Cospedal será para ella, pero los servicios médicos de urgencias
son para el común de las gentes.
Los vecinos de Tembleque, de
El Romeral, de Alamillo, y de varias decenas más de pueblos manchegos
se han concentrado, partiendo de la hermosa plaza de Tembleque, de su
fortificada iglesia, con su gallardía por todo armamento, con su razón y
contra la sinrazón de la ricachona Presidenta. Honor a los vecinos de
Tembleque, a los castellano-manchegos que nos han dado una lección de
civismo y de dignidad.
L. de Guereñu Polán.
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