¿Se
acuerdan cuando, hace unas semanas, Don Mariano salió a la palestra
diciendo que iba a mostrar su declaración sobre la renta y que a ver
quien le imitaba? El hombre quería poner una cortina bien gorda sobre el
verdadero asunto que se estaba investigando por los jueces y que
todavía tiene escandalizado a todo el país: el caso o los casos
Gürtel/Bárcenas.
Evasión de capitales, defraudación fiscal,
enriquecimiento ilícitto, robo (pues si no la violencia de la daga sí la
de la información privilegiada), malversación, pagos ilegales,
indemnizaciones millonarias (como las de los banqueros que arruinaron a
las entidades que dirigían), mentiras, cohechos, villanías, enredos mil
que involucran a cientos de personas desde Baleares a Valencia pasando
por Madrid, Castilla-León y Galicia. Tesoreros venales, cajeros de mano
ligera, embaucadores, comisionistas ilegales, corruptos sin cuento y con
cuento, favorecedores de delincuentes, pelotilleros que corean a los
dadores, perceptores de emolumentos descomunales, concejales, alcaldes,
diputados, exministros... hasta el mismo Don Mariano aparece en una
documentación recibiendo dinero, como si no le llegase el que los
españoles le pagamos generosamente. ¡Cuanta infamia!
Y para
intentar tapar todo esto... y lo que vendrá, Don Mariano viene con su
declaración de la renta, con el dinero que dice ganó licitamente y por
el que pagó sus impuestos. ¿Y no recibió nada en negro? ¿Y sus colegas
de partido, que se cuentan por decenas los que han recibido -según los
mentados papeles- dinero a espuertas? ¡Cuanta infamia!
La
mentira durante la campaña electoral, tras la campaña electoral, en las
Comunidades Autónomas, en los juzgados, ante los Tribunales, ante los
ciudadanos, en los medios de comunicación... ¡Cuanta infamia!
Nos recuerda Don Mariano a otro mentiroso empedernido que le precedió
ocho años antes al frente del Estado: aquel imitador de vaqueros,
invasor de países empobrecidos por dictadores impíos, amigo de Bushes,
de Correas, de Fragas, Ratos, de Trillos (el del Yak 42, por el que
nunca ha pagado), amigo de tesoreros enriquecidos sabe Dios cómo (y los
demás también) como es el caso del señor Sanchís, del señor Sepúlveda,
del señor Matas, que a su vez hacia favores al señor Urdangarin,
comprometiendo al mismo Jefe del Estado, poco avispado ahora como en
todo momento (excepto -todo hay que decirlo- en cierta noche de un 23 de
febrero).
Esta pandilla de malandrines es la que nos
gobierna. Tiene por aliados a banqueros desaprensivos, abusones,
embaucadores, tramposos, que engañan a los pequeños ahorradores, a los
que han puesto su confianza en la sucursal de la esquina porque era la
de toda la vida. Mala gente nos gobierna, nos hace cómplices si
consentimos, si no nos levantamos con toda la legitimidad de quienes
quieren un país honesto, de mujeres y hombres que trabajan para sacarlo
adelante, para que generaciones futuras no sufran, no sostengan, no
mantengan a esta panda de sinvergüenzas que, como peste que se extiende
en forma de pandemia, nos ha tocado...
L. de Guereñu Polán.
Evasión de capitales, defraudación fiscal, enriquecimiento ilícitto, robo (pues si no la violencia de la daga sí la de la información privilegiada), malversación, pagos ilegales, indemnizaciones millonarias (como las de los banqueros que arruinaron a las entidades que dirigían), mentiras, cohechos, villanías, enredos mil que involucran a cientos de personas desde Baleares a Valencia pasando por Madrid, Castilla-León y Galicia. Tesoreros venales, cajeros de mano ligera, embaucadores, comisionistas ilegales, corruptos sin cuento y con cuento, favorecedores de delincuentes, pelotilleros que corean a los dadores, perceptores de emolumentos descomunales, concejales, alcaldes, diputados, exministros... hasta el mismo Don Mariano aparece en una documentación recibiendo dinero, como si no le llegase el que los españoles le pagamos generosamente. ¡Cuanta infamia!
Y para intentar tapar todo esto... y lo que vendrá, Don Mariano viene con su declaración de la renta, con el dinero que dice ganó licitamente y por el que pagó sus impuestos. ¿Y no recibió nada en negro? ¿Y sus colegas de partido, que se cuentan por decenas los que han recibido -según los mentados papeles- dinero a espuertas? ¡Cuanta infamia!
La mentira durante la campaña electoral, tras la campaña electoral, en las Comunidades Autónomas, en los juzgados, ante los Tribunales, ante los ciudadanos, en los medios de comunicación... ¡Cuanta infamia!
Nos recuerda Don Mariano a otro mentiroso empedernido que le precedió ocho años antes al frente del Estado: aquel imitador de vaqueros, invasor de países empobrecidos por dictadores impíos, amigo de Bushes, de Correas, de Fragas, Ratos, de Trillos (el del Yak 42, por el que nunca ha pagado), amigo de tesoreros enriquecidos sabe Dios cómo (y los demás también) como es el caso del señor Sanchís, del señor Sepúlveda, del señor Matas, que a su vez hacia favores al señor Urdangarin, comprometiendo al mismo Jefe del Estado, poco avispado ahora como en todo momento (excepto -todo hay que decirlo- en cierta noche de un 23 de febrero).
Esta pandilla de malandrines es la que nos gobierna. Tiene por aliados a banqueros desaprensivos, abusones, embaucadores, tramposos, que engañan a los pequeños ahorradores, a los que han puesto su confianza en la sucursal de la esquina porque era la de toda la vida. Mala gente nos gobierna, nos hace cómplices si consentimos, si no nos levantamos con toda la legitimidad de quienes quieren un país honesto, de mujeres y hombres que trabajan para sacarlo adelante, para que generaciones futuras no sufran, no sostengan, no mantengan a esta panda de sinvergüenzas que, como peste que se extiende en forma de pandemia, nos ha tocado...
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