sábado, 9 de marzo de 2013

Venezuela

  • VENEZUELA

Es un gran país, como otros muchos, casi siempre mal gobernado, con una población diversa, mestiza, criolla, indígena... Con un gran río y otros menores, una gran selva, como todo lo de América, que es grande, con grandes recursos mal administrados, con grandes diferencias sociales, de renta y de riqueza; también de instrucción.

Aunque pueda parecer raro, Estados Unidos ha estado recibiendo petróleo de Venezuela hasta este momento, y no cesará. El malo del norte no lo debe de ser tanto si compra crudo. Como ha señalado Alma Guillermoprieto, el capitalismo no ha dejado de existir nunca en Venezuela, por mucho que se predique lo contrario. La propiedad privada está garantizada, la de los grandes medios de producción incluídos, con excepción del petróleo y algunos otros, pero de socialismo nada. Porque el socialismo es un conjunto de ideas económicas, éticas, sociales y políticas de cierta complejidad que no se llevan a cabo porque uno lo quiera, sino porque se den las condiciones objetivas y muchos así lo exijan. 

El petróleo es lo único que exporta Venezuela, además de algún otro producto que no representa nada a su economía. Es un país con grandes problemas en seguridad ciudadana, en infraestructuras, en educación, en sanidad, en vivienda, en el aprovechamiento del suelo agrícola; muchas viviendas carecen de electricidad; muchas personas carecen de los alimentos más elementales... Es cierto que durante los últimos años se han producido mejoras en la sanidad, en atender a los pobres y en educación, sobre todo a cuenta de subvencionar estos sectores (no invertir en ellos) echando mano de la renta del petróleo, cuyo precio ha subido espectacularmente en el mercado mundial, lo que ha beneficiado a países como Venezuela.

Ahora, con los últimos acontecimientos, se han formado filas enormes de venezolanos, como cuando en España murió en general Franco, para luego olvidar pronto lo que este había signficado. Puede que ocurra así en Venezuela o puede que no, porque las situaciones non son idénticas, aunque en cuanto a despotismo sí hay parecidos. Estos días se ha encontrado en Venezuela al Presidente de Irán, un ejemplo de "demócrata" que manda a la cárcel a las mujeres por no llevar cubierta la cabeza con un velo, que no permite la pluralidad partidaria, que censura a la prensa, que monopoliza la televisión. Algo parecido ocurre en Venezuela, aunque atemperadamente.

La oposición al régimen, heterogénea y sin verdaderos líderes sociales, dilapidados los partidos políticos tradicionales, embebidos en la rutina y la ineficacia, representa solo a algo menos de la mitad del país. Un país hermano de España, con el que debemos mantener lazos de colaboración, a cuyos dirigentes no debemos permitir bravuconerías y en cuanto a los nuestros debemos exigir ejemplo... lo que hoy, por desgracia, no se da. (Abajo, el gran río Orinoco).
    El gran río Orinoco
    Es un gran país, como otros muchos, casi siempre mal gobernado, con una población diversa, mestiza, criolla, indígena... Con un gran río y otros menores, una gran selva, como todo lo de América, que es grande, con grandes recursos mal administrados, con grandes diferencias sociales, de renta y de riqueza; también de instrucción.

    Aunque pueda parecer raro, Estados Unidos ha estado recibiendo petróleo de Venezuela hasta este momento, y no cesará. El malo del norte no lo debe de ser tanto si compra crudo. Como ha señalado Alma Guillermoprieto, el capitalismo no ha dejado de existir nunca en Venezuela, por mucho que se predique lo contrario. La propiedad privada está garantizada, la de los grandes medios de producción incluídos, con excepción del petróleo y algunos otros, pero de socialismo nada. Porque el socialismo es un conjunto de ideas económicas, éticas, sociales y políticas de cierta complejidad que no se llevan a cabo porque uno lo quiera, sino porque se den las condiciones objetivas y muchos así lo exijan.

    El petróleo es lo único que exporta Venezuela, además de algún otro producto que no representa nada a su economía. Es un país con grandes problemas en seguridad ciudadana, en infraestructuras, en educación, en sanidad, en vivienda, en el aprovechamiento del suelo agrícola; muchas viviendas carecen de electricidad; muchas personas carecen de los alimentos más elementales... Es cierto que durante los últimos años se han producido mejoras en la sanidad, en atender a los pobres y en educación, sobre todo a cuenta de subvencionar estos sectores (no invertir en ellos) echando mano de la renta del petróleo, cuyo precio ha subido espectacularmente en el mercado mundial, lo que ha beneficiado a países como Venezuela.

    Ahora, con los últimos acontecimientos, se han formado filas enormes de venezolanos, como cuando en España murió en general Franco, para luego olvidar pronto lo que este había signficado. Puede que ocurra así en Venezuela o puede que no, porque las situaciones non son idénticas, aunque en cuanto a despotismo sí hay parecidos. Estos días se ha encontrado en Venezuela al Presidente de Irán, un ejemplo de "demócrata" que manda a la cárcel a las mujeres por no llevar cubierta la cabeza con un velo, que no permite la pluralidad partidaria, que censura a la prensa, que monopoliza la televisión. Algo parecido ocurre en Venezuela, aunque atemperadamente.

    La oposición al régimen, heterogénea y sin verdaderos líderes sociales, dilapidados los partidos políticos tradicionales, embebidos en la rutina y la ineficacia, representa solo a algo menos de la mitad del país. Un país hermano de España, con el que debemos mantener lazos de colaboración, a cuyos dirigentes no debemos permitir bravuconerías y en cuanto a los nuestros debemos exigir ejemplo... lo que hoy, por desgracia, no se da. 


    L. de Guereñu Polán.

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