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El gran río Orinoco |
Es
un gran país, como otros muchos, casi siempre mal gobernado, con una
población diversa, mestiza, criolla, indígena... Con un gran río y otros
menores, una gran selva, como todo lo de América, que es grande, con
grandes recursos mal administrados, con grandes diferencias sociales, de
renta y de riqueza; también de instrucción.
Aunque pueda
parecer raro, Estados Unidos ha estado recibiendo petróleo de Venezuela
hasta este momento, y no cesará. El malo del norte no lo debe de ser
tanto si compra crudo. Como ha señalado Alma Guillermoprieto, el
capitalismo no ha dejado de existir nunca en Venezuela, por mucho que se
predique lo contrario. La propiedad privada está garantizada, la de los
grandes medios de producción incluídos, con excepción del petróleo y
algunos otros, pero de socialismo nada. Porque el socialismo es un
conjunto de ideas económicas, éticas, sociales y políticas de cierta
complejidad que no se llevan a cabo porque uno lo quiera, sino porque se
den las condiciones objetivas y muchos así lo exijan.
El
petróleo es lo único que exporta Venezuela, además de algún otro
producto que no representa nada a su economía. Es un país con grandes
problemas en seguridad ciudadana, en infraestructuras, en educación, en
sanidad, en vivienda, en el aprovechamiento del suelo agrícola; muchas
viviendas carecen de electricidad; muchas personas carecen de los
alimentos más elementales... Es cierto que durante los últimos años se
han producido mejoras en la sanidad, en atender a los pobres y en
educación, sobre todo a cuenta de subvencionar estos sectores (no
invertir en ellos) echando mano de la renta del petróleo, cuyo precio ha
subido espectacularmente en el mercado mundial, lo que ha beneficiado a
países como Venezuela.
Ahora, con los últimos acontecimientos,
se han formado filas enormes de venezolanos, como cuando en España
murió en general Franco, para luego olvidar pronto lo que este había
signficado. Puede que ocurra así en Venezuela o puede que no, porque las
situaciones non son idénticas, aunque en cuanto a despotismo sí hay
parecidos. Estos días se ha encontrado en Venezuela al Presidente de
Irán, un ejemplo de "demócrata" que manda a la cárcel a las mujeres por
no llevar cubierta la cabeza con un velo, que no permite la pluralidad
partidaria, que censura a la prensa, que monopoliza la televisión. Algo
parecido ocurre en Venezuela, aunque atemperadamente.
La
oposición al régimen, heterogénea y sin verdaderos líderes sociales,
dilapidados los partidos políticos tradicionales, embebidos en la rutina
y la ineficacia, representa solo a algo menos de la mitad del país. Un
país hermano de España, con el que debemos mantener lazos de
colaboración, a cuyos dirigentes no debemos permitir bravuconerías y en
cuanto a los nuestros debemos exigir ejemplo... lo que hoy, por
desgracia, no se da.
L. de Guereñu Polán.
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