domingo, 28 de abril de 2013

La respuesta socialdemócrata

Así empieza el mensaje de la Internacional Socialista (comprendo que muchos no sepan que existe) a la cumbre del G20 en Londres (31 de marzo de 2009). "La crisis global de hoy ha dejado al descubierto las enormes deficiencias y falsedades sobre las cuales está basado nuestro sistema financiero". La frase que entrecomillo está sacada de dicho mensaje y se aprobó cuando la crisis económica estaba mostrando sus efectos desde hacía un año aproximadamente. En España gobernaban los socialistas y sus ministros económicos no parecían enterarse, pues negaban tal crisis, así como no tomaron medida alguna para atajarla en el plano nacional; mucho menos alertaron a la comunidad internacional sobre lo que venía.

Lo que no se puede es tener -si se quiere jugar un papel determinante en la transformación del mundo- a un personal en los ministerios que tendrá muchos méritos académicos, una enorme capacidad técnica, pero ni idea de los objetivos que debe perseguir un gobierno socialista y sobre la complejidad del mundo en el que nos movemos. "El alcance de la falla del sistema es tal -sigue diciendo el mensaje- que no podemos continuar viviendo en un mundo donde la brecha de la desigualdad continúa ensanchándose, nuestro medio ambiente se deteriora de manera dramática y donde el mundo financiero es dirigido por prácticas especulativas y desenfrenadas". 

Después de estas palabras en España se perdieron dos años sin afrontar los problemas de fondo, el gobierno socialista en Francia no ha hecho frente a la embestida de Alemania dirigida por la derecha y, en general, el socialismo internacional no hizo sino de espectador ante la deriva del mundo. "No buscamos reformular las viejas instituciones, sino crear un nuevo sistema que garantice una prosperidad compartida y el bienestar para todos". 

Asombra que no se pretenda "reformular las viejas instituciones" cuando han perdido ya el norte para el que fueron creadas, particularmente el Fondo Monetario Internacional. ¿Es que el socialismo del siglo XXI no va a tener una política para reformar en profundidad la ONU? ¿Es que no se van a poner de acuerdo los partidos socialistas del mundo -aunque sea por grandes regiones- para hacer unas políticas homogéneas y no contradictorias? ¿Hasta cuando existirá un partido socialista flamenco y otro valón en Bélgica, por poner solo un ejemplo? En España tenemos el triste caso de un Partit dels Socialistes de Catalunya que no parece enterado de los envites que se avecinan, que ya están afectando a miles de millones de seres humanos. 

Los grandes consorcios económicos y financieros son poderosos, cuentan con colaboradores políticos en todos los países (los partidos conservadores), disponen de resortes capaces de hundir a varios países al mismo tiempo, dirigen los destinos de los países más poderosos del planeta (particularmente Estados Unidos, Japón y Rusia -considerando el caso chino una aberración-) condicionan las políticas de los países emergentes, se burlan de las necesidades de millones de seres, del deteriro del planeta; buscan desaforadamente el beneficio; un beneficio que se acrecienta exponencialmente, dejando a las instituciones políticas democráticas, construídas con paciencia durante más de un siglo, sin capacidad de reacción. Los partidos socialistas han renunciado a la formación de la gente, a su participación en todos los foros; temen ser vistos como extremos, como "radicales", dejando a otros partidos de la izquierda, que nunca podrán por ellos solos combatir los grandes vicios del sistema, el monopolio de la protesta. 

Ser radical es ir a la raíz de los problemas y pretender la transformación de la sociedad en un sentido progresista, democrático y avanzado. Los "socialiberales" se han hecho dueños de los partidos socialistas de Europa y los viejos partidos hermanos de América y de África han dado la espalda a sus "maestros". En Asia apenas quedan partidos que se puedan homologar al socialistamo clásico y al socialismo por construir. Pero hay grupos sociales que son activos, que están en las ONG, que están entre la gente, que están en la protesta, en el cuestionamiento de la democracia... ¿No van a hacer nada los partidos socialistas, la Internacional Socialista, para liderar a estos movimientos, para integrarlos, para colaborar con ellos, para discutir las soluciones que convengan y frenar el gran alud de los especuladores a escala planetaria? 

No quisiera pensar -pero lo pienso- que sería un mundo sin nadie que haga frente a las empresas transnacionales, a las grandes corporaciones financieras, a los grandes taladores de vidas, a los especuladores sin freno... Y lo cierto es que las instituciones internacionales no creo sean hoy capaces de hacer frente a tamaño desafío, entre otras cosas porque los especuladores y los grandes financieros también están al frente de dichas instituciones. Queda un largo y costoso camino al socialismo internacional, y quizá queden mil tragedias antes de que una sociedad distinta exija los cambios que la Internacional Socialista hoy no propone ni practica.

L. de Guereñu Polán.

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