martes, 23 de abril de 2013

Muerte de un gran hombre

No será el único, por supuesto, pero ahora que ha fallecido a los 92 años de edad François Jacob, cabe reflexionar sobre la enorme diferencia que hay entre las personas entregadas a los demás y las que piensan solo en su beneficio personal.

Nancy, en el nordeste de Francia, era en 1920 una ciudad mediana, en la disputada región de Lorena. Jacob pudo pasear, cuando mozo, por las hermosas plazas de esta ciudad francesa que tiene también algo de alemana, visitaría más de una vez la catedral, el palacio ducal y otros edificios y atractivos que hoy aún cobran mayor brillantez en medio de la ciudad mediana que sigue siendo.

Cuando Francia fue ocupada por los ejércitos nazis François Jacob participó en la resistencia y su labor se agranda por el hecho de ser judío, lo que le habría acarreado mayores problemas de haber caído en manos de las autoridade alemanas (o las francesas de Vichy). Poco después militó como soldado en el ejército francés que no se plegó a Pétain. Luchó en Túnez y sufrió las consencuencias de la guerra (en 1944 fue herido de manera que acarrearía secuelas durante toda su vida). Entregado al estudio de la ciencia (sobre todo la medicina) pero también a la literatura del pensamiento, es muy recomendable (en mi opinión) su obra "La estatua interior", en realidad su autobiografía. Más adelante fue premiado con el Nobel de Fisiología y también se dedicó a la docencia.

Pero la obra principal de Jacob, además de su sacrificio durante la guerra, además de sus trabajos científicos, además de su gran humanismo, demostrado en sus escritos, es el servicio que siempre ha rendido a la libertad, a los comportamientos democráticos, a la construcción de un mundo justo, cuando estos ideales se desvanecen tantas veces en las conciencias.
 
L. de Guereñu Polán.

No hay comentarios: