El conde de Badarán
El actual Presidente del Senado, don Pío García-Escudero es el Conde de
Badarán, un título creado por el rey Alfonso XIII nada menos que en el
año 1926 para (en plena dictadura) dárselo a un ascendiente de don Pío.
Este don Pío, el actual Presidente del Senado, recibió del Partido
Popular 24.000 euros supongo que sabiendo que dicho dinero no podía
proceder de manos inocentes. Don Pío, que ha estado siempre en el
candelero con el señor Aznar y ahora con don Mariano, tenía que saber
–porque de lo contrario habrá que pensar que es inepto- que en su
partido se repartía dinero a diestro y siniestro y que ese dinero
procedía del tráfico de influencias, de donaciones ilegales, de
empresarios de la construcción que verían recalificados sus terrenos
para especular con ellos, de verdaderos gánsteres para hacer negocios
sucios, de banqueros y explotadores, de pillos y malandrines, de
delincuentes comunes, todos ellos muy bien relacionados con el Partido
Popular.
El Conde de Badarán, don Pío, no tuvo inconveniente en
beneficiarse de aquellos 24.000 euros –él mismo lo ha reconocido ante
el juez- sabiendo que tanta dádiva, tanta generosidad, tanto dispendio
no podían indicar nada bueno. Don Pío, el Conde de Badarán, fiel a la
estirpe de los que han gozado de favores sin mérito, fiel a la clase a
la que pertenece, al tipo de gente que considera el país como una finca
particular, ha medrado en política sin que se le conozcan especiales
cualidades, no ha tenido escrúpulos en defender una guerra ilegal e
injusta como en la que se vio involucrada España haciendo seguidismo al
más nefasto presidente que se conozca de los Estados Unidos. El Conde
Badarán, además, ha confesado que no declaró a la Hacienda pública la
percepción de esos 24.000 euros porque “no sabía” que debía hacerlo.
Aparte de que un principio general del Derecho señala que la ignorancia
de la ley no exime de su cumplimiento ¿como creer que un legislador no
sabía que todo lo que se percibe y representa una renta o un incremento
del patrimonio personal no ha de ser declarado a la Hacienda Pública? El
Conde quiere hacernos creer que andaba despistado, pero en realidad el
Conde andaba muy pistado –es decir, en la pista- de lo fácil, la
prebenda y el favor. Don Pío no es nada pío con la moral pública, parece
venal, se hace el tonto pero no tiene un pelo de ello. Desde su escaño
en el Senado increpaba con poca cortesía, con demagogia y tonterías al
anterior presidente, señor Zapatero. No sabía don Pío que más tarde
sabríamos las andanzas en las que se encontraba metido: con los
Bárcenas, Lapuerta, Sanchis, Naseiro, Cospedal (doña Diferida) y toda la
tropa de sinvergüenzas que sirven de corifeos a Don Pío, el Conde de
Badarán.
L. de Guereñu Polán.
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