viernes, 28 de junio de 2013

No olvidemos a la policía

Por suerte y por el bien hacer de varios ministros del Interior, la policía española es hoy una organización profesionalizada al máximo, con un nivel de eficacia excelente y que ha demostrado gran capacidad para los difíciles cometidos que se le ha encomendado. Sus miembros, en general, se han democratizado desde hace tiempo y forman parte de organizaciones que están dispuestas a denunciar cualquier intento, por parte del gobierno, de instrumentalización de la policía.

En el encarcelamiento de los señores Díaz Ferrán y ahora del señor Bárcenas (por citar solo los casos más notables de cacos a gran escala) ha tenido una importancia decisiva la policía española, concretamente la Unidad Central de Delincuencia Económica y Fiscal (UDEF). Como esta unidad también investigó a la familia del expresidente Pujol, se expresó el viejo nacionalista con cabreo: "La UDEF, la UDEF ¿que es eso de la UDEF? Pues la que había destabarado los planes de un miembro de su familia para enriquecerse impunemente.

También los jueces han tenido a su disposición una enorme cantidad de pruebas facilitadas por las serísimas investigaciones de la UDEF, tanto por medio de su brigada de blanqueo de dinero como de la de investigación de delitos monetarios, la de delincuencia económica y la de investigación tecnológica. Hay que tener en cuenta que el señor Bárcenas está imputado por un sin número de delitos de la más variada naturaleza, por lo que el esfuerzo policial es de agradecer.

No tengo datos fehacientes, pero quizá los ministros de Justicia y de Interior intentaron hasta donde les fue posible evitar el encarcelamiento del señor Bárcenas mediante la policía, pero esta ha demostrado que ha sabido zafarse de cualquier presión y seguramente estaría dispuesta a denunciar cualquier ingerencia del gobierno en su labor. Cuando todo el mundo tiene la vista puesta el el juez, el fiscal y la acusación particular, bueno sería tener en cuenta la callada labor de la policía, verdadero brazo de la ley para que paguen también los poderosos.
L. de Guereñu Polán

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