martes, 25 de junio de 2013

REFORMA DE LA ADMINISTRACIÓN

En uno de sus peores días como comunicadora, la Vicepresidenta del Gobierno español ha explicado la Reforma de las Administraciones. Juntando la Cría Caballar de Defensa, organismos inoperantes, la Obra Pía y un heterogéneo conjunto de entidades, se pretende ahorrar 37000 millones de euros. Un verdadero milagro de la ingeniería presupuestaria o una "boutade" indigna de un gobierno serio. En especial cuando ese proyecto sigue al fracaso de la reforma local, aparcado por el momento ante la rebelión de los alcaldes españoles, incluidos los populares.

Por otra parte la reforma pretende, con poco rigor, recortar organismos de las Comunidades Autónomas. De la frivolidad de la propuesta baste decir que en Galicia se propone suprimir el Consello de Contas y el Valedor do Pobo, ambos previstos en el Estatuto de Autonomía y, es importante anotarlo, que no duplican la labor de sus homónimos estatales.

Lo que hasta ahora si se ha reformado, y lamentablemente para destrozarlo, es el Estado de Bienestar, con la pérdida de 300000 empleados públicos, en especial en los sectores de sanidad, educación y servicios sociales. Una tasa de reposición mínima y el ajuste fiscal impuesto a todas las Administraciones han provocado un vuelco en los servicios públicos. En el ámbito de la sanidad para fomentar la entrada del sector privado, a pesar de las muchas evidencias de su mayor coste y peor servicio. De nuevo en Galicia tenemos pruebas, ayer en las Fundaciones sanitarias promovidas por el Gobierno Fraga y suprimidas por el Gobierno Touriño por su notorio fracaso y hoy en el nuevo Hospital de Vigo, cuyo coste se ha disparado antes de entrar en funcionamiento pese a lo cual está paralizado.

En el ámbito de los servicios sociales las consecuencias han sido la supresión de la oferta y en el ámbito educativo, donde no existe mercado para ampliar la oferta privada, se está produciendo la pérdida de calidad en el sector público.

La Vicepresidenta, en medio de sus proyectos, no tuvo tiempo para comentar los recortes. Sólo para disfrutar de una tarde de humo, convenientemente publicitado por muchos medios de comunicación. Ni en su exposición, ni en el documento oficial, figuran cifras ni detalles para analizar la relevancia y el impacto de cada propuesta.

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