sábado, 8 de junio de 2013

Un buen libro

Hace un par de años que se ha editado el catálogo de una exposición organizada hace ya algún tiempo por la Fundación Largo Caballero. En él se pone de manifiesto el esfuerzo realizado por el Ministerio de la Guerra durante la segunda República española. En dicho catálogo se aprecian dos aspectos fundamentales: la reforma del ejército para hacerlo más profesional y reorganizarlo durante la guerra de 1936 una vez que parte de la oficialidad se sublevó contra el orden democrático.

El título del catálogo es "Ministerio de la guerra (1931-1939). Tiempos de paz, tiempos de guerra" y es obra de varios autores bajo la dirección de Manuela Aroca Mohedano (2011).

Hasta tal punto las dificultades fueron insalvables durante los años de paz de la II República que un golpe de estado (fallido) tendría lugar en agosto de 1932. El protagonista del mismo, como es sabido, fue condenado a muerte y luego dicha pena conmutada por la de cadena perpetua, pero el gobierno conservador radical-cedista lo amnistiaría, con lo que intentó sumarse a la sublevación militar de 1936: el general Sanjurjo murió en un accidente de aviación solo despegar de Lisboa.

La indisciplina en el ejército -algo totalmente aberrante en dicha institución- se ha manifestado en la historia de los dos últimos siglos de España en múltiples ocasiones: tanto para instaurar un régimen conservador o absolutista como para establecer el liberalismo. En el siglo XX las dos experiencias golpistas contra el poder civil llevaron a sendas dictaduras bien conocidas.

Durante la guerra de 1936 el Ministerio de la Guerra tuvo que hacer frente a la indisciplina de los anarquistas, así como a otros milicianos que fueron renuentes a integrase en la disciplina del ejército republicano. Durante los gobiernos de Largo Caballero y Juan Negrín se dieron pasos importantes en orden a aquella unidad de acción de la que careció el ejército republicano durante buena parte de la guerra.

El libro del que aquí hablo, y que recomiendo por su calidad y por las diferentes aportaciones con las que cuenta, muestra un aspecto de nuestra historia que habla de lucha, del intento de contraponer una fuerza suficiente al fascismo entonces triunfante en Europa. 
L. de Guereñu Polán.

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