A la vista del tema de la practica indiscriminada
del espionaje a “amigos”, enemigos y a ciudadanos propios y ajenos, del uso muy
poco discriminatorio de aviones “drones” para asesinar personas consideradas,
por sus servicios de seguridad, amenazas, y a las personas o familias inocentes
que estén en el momento fatal próximas al “objetivo”, al incumplimiento de
promesas electorales, como la del cierre de Guantánamo, o a la mejora ética de algunas
prácticas políticas de su antecesor, etc., parece llegado el momento de
recordar lo escrito hace ya cinco años, para ver si aprendemos que lo que los
medios de comunicación mundial, y local, predican en cada momento histórico no
solo no siempre es verdad, sino que abunda la mera propaganda de las fuerzas
dominantes, escribía en junio de 2008:
No
entiendo la aceptación e incluso entusiasmo mostrado en público por dirigentes
españoles, políticos, económicos y sobre todo mediáticos, ya que salvo que
estén muy bien informados y no comuniquen sus datos, las sombras que desde
estos lares se vislumbran superan en mucho las luces.
Y
siento temor porque los pocos datos y hechos que nos han llegado no invitan a la
confianza. Una persona que a las primeras dificultades surgidas abandona
iglesia y predicador, no parece tener unos referentes morales y éticos
suficientemente firmes. La misma persona para cubrir la crítica a una cierta
indefinición en sus posiciones, respecto a Oriente Medio, reacciona apoyando
posiciones mas radicales del lobby pro-israelí, llegando incluso más lejos que
los gobiernos de Israel, en posiciones inaceptables por la parte de Palestina,
lo que indica desconocimiento del papel de USA y la UE en ese conflicto. Un desconocimiento
peligroso, en especial si se suma a las amenazas de una intervención militar en
Irán, en términos muy similares a los del actual presidente, del que todos
somos conscientes cual han sido las consecuencias de sus decisiones en la
deseada paz de la zona.
Cierto
es que es muy difícil hacerlo peor que su predecesor en economía, pero lo
cierto es que aquí no conocemos mucho de su programa económico, si juzgamos por
lo que dice en los medios de comunicación parece que sus electores tampoco
saben demasiado.
De lo
poco que estamos seguros, porque todas las fuentes de información así lo
indican es que su estilo es “mesiánico”, lo que, al menos para mí, resulta casi
aterrador habida cuenta de los precedentes y las posiciones, también mesiánicas,
de algunos de los actuales dirigentes con los que va a tener que tratar.
A ver si aprendemos a pensar por nosotros mismos y a
hacer menos caso a la mercancía política que nos venden, los que dicen defender
una libertad de mercado, de la que solo disfrutan los poderosos.
Isidoro Gracia
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