martes, 9 de julio de 2013

Europa ante Egipto

Ha bastado que a Estados Unidos le interesase un gobierno pro-occidental de militares, con hombres de paja a su servicio, para que ni una sola autoridad europea haya dicho ni pío sobre el grave conflicto que afecta a una comunidad como la egipcia. Ni un solo dirigente europeo con representatividad ha calificado los hechos recientes en Egipto como golpe de estado. Si sustituir a un gobierno a punta de fusil (siendo así que las ganó en buena lid) no es golpe de estado que venga Dios y lo vea.

Está el tema de Israel: para la estabilidad de la zona y para los intereses del pequeño estado judío resulta mejor un gobierno títere de los Estados Unidos que un gobierno que pueda plantear, desde la óptica islámica, diferencias con al hegemonía de Israel en la zona. Está el problema de Siria, que ahí sí podrían involucrarse más Estados Unidos y la Unión Europea, aunque debe reconocerse que existe el problema del apoyo que el gobierno sirio recibe de Rusia y secundariamente de China.

En todo caso para España es de vital importancia tener buenas relaciones con los países del norte de África, no solo por razones geográficas al estar en la cuenca Mediterránea, sino porque los países del norte de África envían muchos emigrantes a Europa, razón de más para que esta se involucrase en un conflicto como el egipcio. El problema del terrorismo islamista es otra razón (no sé si la más poderosa) para tener gobiernos aliados en el norte de África, pero siempre que no sean títeres de la gran potencia norteamericana, sino que sirvan de verdad a la construcción de la democracia, de la paz y de la colaboración entre pueblos y civilizaciones.

Los Estados tienen constantes históricas en sus comportamientos internacionales que no dependen de quien les gobierne (Bush u Obama). El ejemplo egipcio y las actitudes de Estados Unidos y de la Unión Europea están, en mi opinión, en las antípodas de aquellos deseos.
L. de Guereñu Polán.

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