sábado, 13 de julio de 2013

La moción de censura



Cuando la oposición considera que el Gobierno debe ser sustituido sin necesidad de unas elecciones anticipadas, puede presentar una moción de censura, que para sustanciarse no es necesario contar más que con la décima parte de los diputados (35) y presentar un candidato alternativo a la Presidencia del Gobierno.

Es evidente que el Partido Socialista –y solo él- reúne por sí mismo las condiciones para presentar una moción de censura; el resto de los partidos de la oposición necesitarían agruparse en torno al Partido Socialista o tres de ellos siempre que dos fuesen Convergencia e Izquierda Unida; de no ser así necesitarían agruparse cuatro o más partidos para reunir los 35 diputados necesarios.

Es también evidente que la moción de censura saldría derrotada, pues es previsible que el Partido Popular, con mayoría absoluta en el Congreso, no presentaría fisuras ante el cúmulo de irregularidades en que está metido. Por lo tanto la moción de censura, en las circunstancias actuales, solo tendría un sentido: hacer comparecer al Presidente del Gobierno (que no quiere hacerlo) para debatir sobre lo divino y lo humano, por lo tanto sobre la corrupción política, económica, sobre cuestiones de política general, sobre el paro, la crisis bancaria, la política de vivienda, etc.

Si el Partido Socialista decidiese presentar una moción de censura tendría que presentar un candidato alternativo al actual Presidente. Dicho candidato estaría condenado al fracaso y así se haría ver por los medios de comunicación. El Gobierno, en sus intervenciones, insistiría más en este asunto que en cualquier otro, sabida la zafiedad de don Mariano y los suyos. También insistirían los medios en la inutilidad de la moción de censura para lo que está concebida en la Constitución, lo que quizá desgastase ante la opinión pública más al Partido Socialista que al Gobierno.

Vamos al debate: hay partidos en el Parlamento que no desaprovecharían la ocasión para criticar tanto al Gobierno como al Partido Socialista (y no hace falta que sea más explícito) con lo que este último tendría dos frentes abiertos por el solo rédito de hacer comparecer al Presidente, que seguramente intervendría lo mínimo haciendo que el “candidato” socialista se devanase los sesos presentando un programa de gobierno sin posibilidad de ser aplicado.

Por todo ello ¿tiene sentido una moción de censura para los intereses del Partido Socialista? En mi opinión no. ¿Tiene sentido para el país? Tampoco en la medida en que no conduciría a un cambio de gobierno. Solo valdría para desgastar al actual, pero con los riesgos que he expuesto, y creo que el Gobierno está muy desgastado moralmente ante la opinión pública; solo falta que dentro de dos años esté hundido y se abra paso a una nueva mayoría de izquierdas.

L. de Guereñu Polán.

No hay comentarios: