El
Presidente de la Xunta de Galicia no debe de estar ocupándose de
asuntos importantes porque se le ha ocurrido la chorrada de invitar a
los expresidentes de la misma Xunta para cambiar ideas y recogerlas en
un supuesto proyecto común. Ya se me dirá a mí que ideas va a aportar el
señor Fernández Albor, que se caracterizó en su momento -y sigue
haciéndolo ahora- por la más absoluta inutilidad en materia política, es
decir, en la solución de problemas públicos. Quizá los señores Touriño y
Laxe han visto halagada su vanidad al ser llamados, pues así han
supuesto que se sigue contanto con ellos y que no se les ha ovlidado.
Debe recordarse que el señor Laxe accedió a la Presidencia de la Xunta
por un procedimiento irregular, mediante la operación de transfuguismo
más notable que este país haya conocido y su mandato duró solo dos años,
pues en las primeras elecciones fue desautorizado por el pueblo
gallego. En cuanto al señor Touriño no consiguió transmitir la idea de
que Galicia tenía un gobierno con unos objetivos; muy al contrario, dio
la sensación -y así pareció ser- de que tenía dos, tantos como partidos
lo sustentaban.
¿Que van a sugerir los señores Touriño y Laxe
al Presidente de la Xunta que este pueda aceptar? Porque se supone que
defienden modelos distintos: tanto de desarrollo como en objetivos,
intereses y prioridades. ¿Van a sugerir los señores Touriño y Laxe que
el Presidente ponga en marcha la Ley de Dependencia para socorrer a las
personas mayores e incapacitadas? ¿Van a proponer una política forestal
que acabe con los incendios o los reduzca al mínimo? ¿Van a proponer que
se atienda como se debe a los productores lácteos, a los trabajadores
de los astilleros gallegos, a los docentes y alumnos de todos los
niveles? ¿Haría caso el señor Presidente a una hipotética sugerencia
para cambiar la política científica y de investigación de la Xunta, que
no existe? Porque nada cabe esperar que proponga el señor Fernández
Albor salvo que se celebre alguna que otra merendola a lo largo de la
presente legislatura.
Al Presidente de la Xunta le ha venido
muy bien la ocurrencia: aparece como conciliador y hombre de amplias
miras, se sitúa en el centro a pesar de sus amistades con
contrabandistas, hace que se publiquen fotos con los tres expresidentes y
él mismo como anfitrión e inspirador y aquí paz y después gloria,
porque no creo valga para más esta chorrada.
Los expresidentes
socialistas han sucumbido a una operación que nada bueno va a tener
para Galicia, necesitada como está de políticas audaces, que impliquen
cambios radicales y que comprometan a los que más tienen en una
contribución que hasta ahora no han hecho. ¿Va el Presidente a aceptar
cualquier sugerencia que implique molestar a los ladrones de las
antiguas "caixas" ahora reconvertidas en un banco tan poco de fiar como
aquellas? Ahí se ve a los señores Touriño y Laxe en plan institucional,
con un anciano de cortas luces y un Presidente que tiene poco trabajo,
al parecer, cuando debiera tener mucho.
L. de Guereñu Polán.
2 comentarios:
Puede que la intención del proponente sea solo obtener rédito, pero el posible contenido y el resultado de las conversaciones también depende que los interlocutores aprovechen la oportunidad, poniendo encima de la mesa ideas claras.
Isidoro
Las ideas pueden ser claras pero si son comprometidas para los intereses que defiende el PP supongo que el Presidente no hará ni caso.
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