martes, 12 de noviembre de 2013

Hace trescientos años

Trescientos años hace que nació en París Denis Diderot, probablemente uno de los genios más importantes y meritorios de todos los tiempos. El intelectual comprometido que, pudiendo elegir una vida cómoda, llegó a ser apresado por exponer con libertad sus ideas, que son las que ahora triunfan en más de medio mundo, que son las que hoy defienden las mujeres y los hombres progresistas, las mujeres y hombres honrados, las mujeres y hombres trabajadores, sacrificados, altruístas, entregados a una causa, a un ideal.

No hablemos ya de la homérica labor de su "Enciclopedia", de la que fue el alma; lector empedernido, crítico con todo lo que le rodeaba, verdadero espíritu científico, estudioso de las religiones pero no para someterse a ellas sino para entender el mundo, para entender a los seres humanos en sus miserias y en sus grandes gestas.

Animador principal de la razón constra la superstición y el engaño, contra la superchería y la vaciedad de su tiempo, como del nuestro, quizá no le deba yo a nadie más que a Diderot en mi formación, por deficiente que sea, por poco que le haya leido y admirado. Materialista en materia filosófica, se anticipó a otros pensadores en más de un siglo. De él aprendieron Hegel, Marx, los grandes pensadores del siglo XX, los grandes revolucionarios de los dos últimos siglos.

Cuando Diderot murió en París a la edad de setenta años -no poco para la época- dejó a la posteridad un monumento de pensamientos, de razonamientos, de enseñanzas, de obras maravillosas que no pueden perecer porque son las obras que han formado a miles de personas en el mundo, que han posibilitado que el pensamiento libre exista, que existan las libertades que tantas veces se nos han negado y por las que Diderot luchó denodadamente. Como luchó en favor de la justicia social, de la equidad, contra la barbarie de los privilegiados y de los egoistas de todos los tiempos. Honor a Diderot. (Arriba, busto de Diderot debido a Jean-Antoine Houdon, 1771).

L. de Guereñu Polán.

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