martes, 10 de diciembre de 2013

GALICIA ¿POR QUE NO UNA CIRCUNSCRIPCIÓN ÚNICA?

Amenaza el Partido Popular de Feijoo con una modificación de la actual ley electoral gallega, reduciendo el número de diputados de los 75 actuales a 61. Catorce menos, un 20%, que según los expertos podría permitirle a la derecha gallega mantener su actual mayoría absoluta y compensar así el formidable desgaste electoral que está sufriendo.

Una persona, un voto con el mismo valor para todos. Es lo democrático. Pero en Galicia, esto no solo no es así, sino que hay riesgo de que empeore. Con el actual sistema electoral un escaño parlamentario supone en la provincia de Lugo 23.703 votos, cifra que en la de A Coruña sube a los 47.463, en Ourense requiere 24.007 y en la de Pontevedra 43.336 votos. Cierto que diferencias semejantes se producen también con motivo de las elecciones generales, y cierto también que son muchas las voces que reclaman un cambio del sistema electoral que las regula para evitar repartos de escaños que no se corresponden con la proporción de votos recibidos.

Conviene recordar que en las dos primeras elecciones autonómicas, 1981 y 1985, el número de escaños del Parlamento gallego era entonces de 71, distribuidos en 22 para la provincia de A Coruña, 19 para la de Pontevedra y 15 respectivamente para las de Lugo y Ourense. La ley electoral gallega de 1985 elevó el número de diputados a los 75 actuales. Los cuatro nuevos escaños aumentaron los de A Coruña y Pontevedra a 24 y 21 respectivamente, continuando Lugo y Ourense con 15. La distribución se basa en 10 escaños por provincia y los 35 restantes a repartir en relación a la población y entre las candidaturas que obtuvieran un 3% de los votos. En 1992 se modificó la ley electoral del 85 con el principal objetivo de elevar la barrera electoral para obtener escaño al 5% de los votos. Un golpe a los partidos minoritarios.
En 1997, Ourense, por disminución de su población pierde un escaño que pasa a la circunscripción de Pontevedra. A lo largo de estos años, las provincias de Lugo y Ourense han seguido perdiendo población que en parte han ganado la de Pontevedra y menor medida la de A Coruña.

Otro aspecto que ha cobrado gran relevancia es el voto de los emigrantes, que en torno a los 330.000 en el conjunto de Galicia, superan a los 302.000 electores de la provincia de Lugo, o a los 281.000 de la de Ourense. La picaresca y el fraude han sido en ocasiones de escándalo, habiéndose comprobado que efectivamente, en algunos casos llegaron e votar hasta los muertos. No es exagerado decir, que aún con garantías democráticas para el voto emigrante, este podría llegar a decidir el resultado de unas elecciones autonómicas, con todo lo que esto supone. Tengamos en cuenta además que el fenómeno de la emigración vuelve a ser una realidad.

Con este panorama y con la crisis y los recortes como pretexto, se habla por parte del Partido Popular de una nueva modificación de la ley electoral, con  el objetivo principal de reducir el número de escaños del actual parlamento, lo que de producirse favorecería a este partido muy desgastado por las políticas mal llamadas de austeridad, evitando así lo que le auguran las encuestas: la pérdida de su mayoría absoluta y el gobierno de la Xunta.

Creo que la ley electoral gallega necesita reformarse, pero para hacerla más democrática y acorde con los cambios que los tiempos actuales requieren. Y desde luego hacerlo con el mas amplio consenso, sin ventajismos autoritarios ni imposiciones oportunistas por parte del poder, que me recuerdan -y siento decirlo- a Hitler cuando democráticamente llegó al poder y luego impuso reformas para evitar que pudiese llegar a perderlo.

Con este panorama me pregunto ¿Por qué no una circunscripción electoral única que abarque a todo el territorio gallego? Permitiría que todos los votos valiesen igual, y serviría para terminar con el ventajismo antidemocrático impuesto, con muy variados pretextos, para evitar que quienes gobiernan puedan dejar de hacerlo aún cuando el pueblo mayoritariamente lo decida.

Si se abre el debate soy de la opinión de recuperar el 3% como porcentaje mínimo para obtener escaño, y regular de manera efectiva, realista y sensata el voto emigrante.

Xesús Mosquera Sueiro
10 de Diciembre de 2013. 65 Aniversario de la Declaración Universal de los Derechos Humanos.


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