Con todas las cautelas que
merecen las encuestas que sobre intención de voto se vienen publicando por
parte de diversos medios, a mi modo de ver el problema principal que reflejan
no es el estancamiento del PSOE sino el insuficiente avance de IU, en un
contexto social, económico y político como el que estamos viviendo. Alarma
observar que el voto que no consigue ganar el PSOE, tampoco lo recupera la
izquierda, de manera que el Partido Popular, aún perdiendo muchos votos, volvería
a ganar las elecciones y podría seguir gobernando con el apoyo de UPyD, que ya
ha anunciado en repetidas ocasiones que apoyará para gobernar al partido mas
votado.
De manera que es el PSOE, claro
que si, pero es sobre todo la izquierda política española en su conjunto la
que, a tenor de los datos que publican los mencionados sondeos, está dañada y
falta de credibilidad hasta el punto de no recibir la confianza para gobernar,
repito, en un contexto tan grave y difícil para las clases medias y trabajadoras
como el que estamos viviendo. Con todas las salvedades que se quiera, este es
el hecho sobre el que reflexionar como clase trabajadora y como afectados por
la escabechina que está llevando a cabo el Partido Popular.
No queda más remedio que
preguntarnos el por qué de esta situación. Es imprescindible un diagnóstico
certero para luego trabajar con acierto en las posibles soluciones. No hacerlo
es dejarle el camino libre a la derecha económica y política durante muchas
décadas, seguir retrocediendo como sociedad y agrandar el abismo que separa a
una minoría cada vez mas rica y poderosa de una mayoría cada vez mas pobre y
con menos derechos. Aún existiendo causas generales y comunes, creo que debemos
concretar y tratar de analizar estas causas en la izquierda política que
tenemos, y que está aglutinada en torno a dos grandes formaciones: PSOE e IU,
sin menoscabo de otras opciones de ámbito regional o de nacionalidad, sobre
todo en Galicia. A ello cumple sumar al sindicalismo de clase y sus principales
organizaciones, por su indudable relación con el tema.
La derecha ha conseguido colar
varios mensajes de gran calado, que son mentiras o medias verdades que muchos
votantes de la izquierda se han creído. Uno de ellos es el de que todos los
políticos son iguales, y que la culpa de lo que está pasando es de los
políticos y de la desmesura de las instituciones públicas y sus gastos. Con la
imprescindible ayuda de los medios de comunicación y la impotencia,
incapacidad, ignorancia o miedo de la izquierda, se ha conseguido ocultar a la
opinión pública la verdadera causa concreta de la gravedad de la crisis
económica en España: El ladrillo, la política de vivienda llevada a cabo en las
últimas décadas, y la especulación despiadada, generalizada y sin escrúpúlos
por parte de los poderes económicos, sobre todo de la banca y de los grandes
grupos empresariales. Sin embargo, los verdaderos culpables han sabido
desplazar a otros su culpa de la crisis económica y sus consecuencias, de tal
manera que son los políticos, los partidos, e incluso los sindicatos lo que
tienen la culpa. Si esto es así ¿Cómo salimos de esta? Por lo visto pasando de
todo y dedicándose cada uno a lo suyo, dejando la política para los bancos y
para los “técnicos”.
Las encuestas señalan ahora a la
corrupción como la mayor preocupación de los ciudadanos después del paro. Sin
embargo, muchos de estos ciudadanos han votado y parece que tienen intención de
seguir votando a políticos supuestamente corruptos, imputados e incluso
condenados por casos de corrupción. Hay incluso una cierta sensación muy
extendida de casi impunidad. De que la Justicia no es igual para todos, y de que con
esto, como con los impuestos, solo pagan los trabajadores y los de “abajo”. No
deja de resultar paradójico y alarmante el hecho de que en el caso Gürtel el
único condenado hasta ahora haya sido el juez Garzón, y que en el caso de Caja
Madrid y Blesa, lo haya sido también el juez Silva, y que en el caso de la
financiación irregular y doble contabilidad del Partido Popular durante décadas,
el chivo expiatorio sea el contable -es decir Bárcenas- aunque también sea un
corrupto como sus jefes y superiores.
Alarma y cabrea, pero ya no
sorprende, el recurso al indulto por parte del gobierno del Partido Popular
para los condenados por corrupción. Están trascendiendo casos de indultos
llamativos aunque menores, pero se están ocultando celosamente (el gobierno se
ha negado a dar información detallada en el Congreso) indultos mucho mas graves
y preocupantes a grandes empresarios, banqueros y cargos públicos. Las purgas
entre los inspectores de Hacienda, y determinadas desautorizaciones de
expedientes sancionadores, alarman y mucho, incluso entre los propios jueces.
La posición de la fiscalía en asuntos
como el de la Infanta
o Blesa, mismo parece la contraria de la que debiera mantener.
Son poquísimas y con sordina, las
voces con suficiente energía y credibilidad que denuncien estas situaciones. La
protesta social esta sepultada en gran medida en las redes sociales, e ignorada
o manipulada en los grandes medios de comunicación, que en el mejor de los
casos cuentan detalles parciales, pero no informan de la verdad, que conocen,
pero que no se atreven a publicar,
seguramente debido a poderosas razones para no hacerlo a la vista de lo
sucedido con los que lo intentaron.
En este contexto muy someramente
expuesto, se mueve nuestra izquierda, la que tenemos. Con bastante sensación de
impotencia a juicio de muchos ciudadanos, y
desacreditada por sus propios errores si, pero sobre todo por la enorme
ofensiva mediática desatada en su contra, de modo descarado y falaz en muchas
ocasiones, y de manera mas sutil pero eficaz en la mayoría de los casos. Algo
que se le reclama y con razón es unidad, dejar de mirarse el ombligo
anteponiendo los intereses de los ciudadanos y los del país a los del partido o
grupo político propio.
Tanto en el PSOE como en
Izquierda Unida, como en los principales sindicatos, hay causas específicas de
las que es preciso hablar. Esta batalla la está ganando la derecha económica y
política por goleada, de manera que algo se esta haciendo, estamos haciendo,
mal. Hablaremos de ello en próximas notas.
Xesús Mosquera Sueiro / 9 de
Enero de 2014
3 comentarios:
Completamente cierto. Yo siempre he sostenido que cada país suele tener el gobierno que se gana y merece
Guereñu dijo: contrariamente a lo que se dice en el artículo yo creo que el problema principal -para un socialista- es el estancamiento del PSOE, no el insuficiente avance de IU. El autor parece ser víctima de un lapsus cuando dice "tampoco lo recupera la izquierda", con lo que da a entender que en su subconsciente el PSOE no es izquierda. No es extraño que esto ocurra. Yo no veo al Partido Socialista hablar de la generosidad que deben demostrar los cargos públicos poniéndose salarios modestos, ni de la denuncia al maltrato de animales (toros incluídos), ni de la necesidad de una banca pública, ni del alma republicana que anida en todo que e reclame de izquierdas, ni del control necesario de la economía por parte de los poderes públicos, ni de temas ecológicos que preocupan a tantos españoles de izquierdas, ni de los problemas del tercer mundo en consonancia con la solidaridad internacional (los que participan en ONG altruistas son de izquierdas, no de derechas). No oigo denunciar al Partido Socialista las políticas neoliberales de la U.E (esta es un medio, no un fin en sí mismo) ni veo que se hable a la sociedad de que el capitalismo es intrínsecamente malo (aunque no exista recambio fácil), ni veo que se ponga la proa a la jerarquía ecolesiástica como debiera y como quiere el electorado de izquierdas (incluso de cierta derecha). Entretanto veo al Partido Socialsita entretenido en no sé que federalismo que nadie ha explicado, porque que me aspen si España no es un estado federal sin ese nombre. Por en medio están los ambiciosiloos que, en vez de dar ideas y predicar soluciones, estar en los problemas que padece la gente, se postulan para sustituir a un Secretario que ha ganado un congreso hace solo unos pocos años. Mal ejemplo.
Xesús dijo: Parece claro que para los socialistas y para el resto de la izquierda española, y es mas, para un amplio sector de la sociedad harto y muy perjudicado por las políticas del actual gobierno del PP, la esperanza está en que este pierda el poder, y otras fuerzas políticas asuman las tareas de gobierno.
¿Podrá hacerlo el PSOE en solitario? A la vista de los datos de las encuestas y la propia percepción de la realidad, es evidente que no. En el mejor de los casos habrá de hacerlo en coalición con Izquierda Unida ¿O no? Esta es la cuestión desde mi punto de vista.
Si es así, puede entenderse el desgaste del PSOE, por todo lo que dice Guereñu y mas, pero ¿no seria lo lógico que le voto perdido por el PSOE se fuese a IU? Esto sucedió en gran medida en Andalucia, pero empieza a no parecer fácil en España, por que el voto que pierde el PSOE se va a en gran medida a la abstención o a otras formaciones. Resultado, aún perdiendo muchos votos, el PP, podría seguir gobernando si la suma (con independencia del porcentaje de cada uno) de PSOE e IU no consigue o se acerca mucho a la mayoría absoluta.
Claro que hay otra posibilidad: la opción alemana. Un "gran pacto de estado" entre los dos grandes partidos mayoritarios: En Alemania SPD/CDU, en España PSOE/PP.
Si esto fuese así ¿con que referente político se quedaría la izquierda real y sociológica española? ¿Donde está ya, o donde puede quedarse la izquierda política en Europa?
A todo esto dos novedades importantes: 1)La encuesta de Metroscopia publicada por El Pais el pasado domingo, que da ganador al PSOE, y 2) El anuncio de la creación de un nuevo partido de derechas en España, por parte de ex dirigentes del PP.
Publicar un comentario